20061222


Voy de paso transitando entre emociones y alaridos con todos mis yos, veo como la vida me lleva envuelto entre sus patas sin saber a ciencia cierta en que creo ni a quien respeto y sin embargo me veo satisfecho en ella. Siento que estoy vivo y el sobrevivir me está pelando como a una fruta madura.
A final de cuentas; mi vida es un conflicto crónico ¿Y quién no desea existir en una vida más emocionante?



F E L I C I D A D E S

20061218

Mira y sonríe

Ella sospechaba que yo me dedicaba al ocio de no tener edad… y no; era solamente adicto a la buena fortuna, impune a lo que pudiera suceder y solo me dedicaba a recorrer mis propios pasos religiosamente, una y otra vez todos los días. Hasta que sucedió; la dosis diaria se convirtió en el veneno en que todo en demasía parece hacer daño. Estamos encadenados a lo que no queremos hacer.
Ahora recuerdo cómo me gustaban sus ojos, tan pequeños y tan brillantes, como si estuvieran llorando y viéndome al mismo tiempo, como cerraduras que no tienen llave y dejan escapar algo de luz cuando en la noche adivinan su luminosidad interna. Ahora imagino que soñaban despiertos y por eso no se dejaban ver completos, eran como el mustio corredor que llevaba a su cuarto, al lánguido camino que no se deja recorrer de día, y que en la noche se volvió aventura para mis adrenalinas de adolescente. Entraba yo a su cama como quien rompe el ultimo sello del purgatorio y toda ella era la mar, tan llena de luz y agua, tan de repente desnuda frente al espejo, observándome de reojo en sus perspicacias.
Cuando salía de ahí, todo era como un muro que detenía la playa donde dejaba siempre mis ojos llenos de estrellas y noches, que solo adivinaba en la ventana cerrada en que a duras penas se distinguía el ruido del mar a lo lejos, las olas imperturbables una tras otra. Mientras, me envejecía rejuveneciéndome en su simplicidad para hacerme hombre de repente. Y siempre para verle otra vez, una y otra vez volverme a conocer en sus ojos y en el golpeteo acompasado y constante de mi cuerpo contra su playa.
Nunca me dijo nada de lo niño que era, quizás pensaba que regañarme hubiera sido inútil en la novatada en que aprendía de ella, en ella y como se traicionaba por enseñarme en el mito de esa, su mirada que aún no resuelvo. Ser un fisgón a su lado era algo tan fácil como dejarme caer en la cama para observarle cuando ¿Quién quería ventanas?, ni ventanas, ni cielos azules, ni vientos azules en las tardes en que solo deseaba emborracharme de ella toda la noche y dejar que me peinara antes de dejarme salir con su último beso... casi maternal y sus labios húmedos susurrándome - No hagas ningún ruido, y ¡no regreses por favor! -
Suave al viento
La luna de octubre
Llena de lapsos

20061212

Domingo


Era domingo en misa cuando la piernuda me andaba alcanzando, y yo que no me iba a dejar, aunque en el fondo bien que me gustaba la chaparrita. Me salí por la puerta de la sacristía que da al panteón sin darle chance a que me viera, pasé echando escupitajos y santiguándome entre las tumbas para espantar a los muertos y curarme en salud. No estaba como para dejarme alcanzar ni para agarrar un mal viento, desde siempre nunca me gustó ir solo al camposanto!

Supongo que hice todo lo posible para evitar que me alcanzaran las dos, de Rosa me pude escapar fácil, pero de la sal del mal viento en el panteón, pues ni como, ni para donde correr, ni donde esconderse. Me fui caminando y nada más vi como se me trataba de esconder masticando su rabia entre las columnas del portal, ahí agazapada la mala suerte, esperando que alguien pasara para dejarle caer su maldición pintada del color de la noche y rapidita para la maledicencia, la libré en el panteón pero aquí me la encontré de frente. Bueno al fin a ella ya no le podía regresar nada, ya me tenía marcado y bien escondido entre sus costillas estaba su alma toda fría en que le botaba todo.

El pozo del agua en la huerta se sentía más profundo, y aunque había llovido mucho, el agua no estaba buena, se sentía malograda. Te asomabas y sentías como que te llamaba alguien, pero solo era el eco de tu propia respiración en los reflejos de los círculos que se formaban en el fondo, sacando un poco de agua para limpiarte la vergüenza y lo de junto, con ese sentimiento de repetición que no te deja quedar limpio, que se esfuma cuando estas igual de mugroso y con el mal olor del agua. Ahora ya lo sé… abajo estaba el muerto.

Más tarde, oí como los perros aullaban; había salido rumbo al jagüey y llegué todo puerco del polvo del día, buscando meterme a refrescar entre sus aguas y cuando sentí frio, pues me salí y empecé a buscar el sol entre los árboles para dejarme consentir por ese calorcito en que deje las patas al aire para que se secara el pantalón. Ahí fue cuando sentí como me miraba entretenida, como quien no tiene que hacer sino dejar que las cosas pasen en la añoranza, jalando el aire despacito para no delatarse, pero aún así sentí como me robaba el suspiro, como un beso frío en que contuve la respiración, pero fue inútil, no pasó nada pues que iba a ser, ya estaba bien muerto. Algo me deslumbró, era como un reflejo del agua entre mis ojos por siempre abiertos, y sentí como me rompía todito mientras algo se me desgarró por dentro y pa siempre. El cielo sin nubes se llenó de flamas y ya nada volvió a ser igual desde ese día en que me quedé aquí, esperando a los susurros del viento del amanecer y que Rosa venga de mañana al jagüey para extrañarle sus piernas el resto del día.

20061201

'Annuntio vobis gaudium magnum Habemus Papam'

20061118


Árboles y flores

Ninguna de las plantas se dio cuenta de que estaban en el camposanto empezando a maravillarme. Mi apego surgió primero con las dalias que estaban en el atrio de la iglesia, en medio de los cempasúchiles marchitos. Tratando de adornar las cruces de madera a medio pudrir, como para dejar escapar al viento sus olores, cual parte de viejos espíritus que se acaban con la tarde entre las ramas que escurren del pirul al tiempo que se juntan las dos puertas del atrio cuando las cierran para dejarme aquí dentro, las que siempre están envueltas de lado a lado por los gruesos muros de adobe hechos a fuerza de pisar el lodo como para no dejarte salir.

Y así se suspende el tiempo hasta el repique del amanecer, y yo me quedo habitando otra época, mientras veo cómo descansan los ramos sobre la tierra, acompañados por la ola de murmullos del viento desmenuzados en las últimas sombras de las esquinas, llenas de las ramas de buganbilia morada que todavía me recuerda el luto, entre las jacarandas secas del invierno rasguñando una pared con el viento para dejar caer un poco de barro, como recordándome que algún día estuve vivo.

Ojalá llueva esta la noche, para que se alegren las campanas de la torre en la mañana y el ocote no cruja en por la tarde. Para que cuando despierte la gente; me vea ahí, acurrucado junto a la puerta del campanario sin dejar de observar los ahuehuetes, donde pega menos fuerte el frío y puedo ver mi tumba para sentir quién me llora.

Y entonces, poco a poquito, pasará el tiempo hasta que me acostumbre a mi agujero, tan lleno de tierra, en que ya no es muy difícil imaginarme abajo, desapareciendo lentamente entre las raíces y que sólo está arreglado con esta cruz de caoba cada día más despintada, en la que ya no acierto ni a leer mi nombre.

20061116

Va atrás del volante en esa desolada vía que nadie usa ahora, desacelera poco a poco y se estaciona a un lado de la carretera junto a una barranca, en ese momento no se ve venir a nadie por ningún lado, se tranquiliza pero permanece con los cinturones puestos, finalmente se oye el clic cuando aprieta el seguro y se siente liberada, cosa que aprovecha para retocarse el maquillaje en el retrovisor y arreglarse el pelo; después de todo es una ceremonia. Se baja y abre la cajuela con actitud de fastidio mientras piensa como va a sacar el cadáver y se susurra a si misma “Lo debí de haber puesto a dieta antes” vuelve la cara hacia el fin de la carretera y empieza a añorar los días en que todo era felicidad, su compañía, sus travesuras en la cama, el eterno gesto de gusto con que siempre la despertaba: y se dijo a si misma entre dientes -Que necesidad tengo de andar entre muertos pero ojala sea suficiente escarmiento esto que me pasa para no volver a encariñarme

Trató de decir una oración panegírica o un simple rezo pero no encontró las palabras y se limitó a enjugar una lágrima. Se sentía causante más no culpable de lo que le sucedió, los sentimientos de todo lo que había pasado la noche anterior la agobiaban recordando el momento en que tomó la jeringa con el veneno para inyectárselo mientras descansaba y sentía un peso mayor cuando se acordaba que tenía que cargarlo en su conciencia y entre sus brazos. El paisaje tan amable que había enfrente la animó a hacer un esfuerzo. No aceptó otra opción que terminar lo empezado, al fin este era el lugar que a su perro le hubiera gustado para descansar después de su largo padecimiento.

20061113

Pues quien cuenta el relato no es quien lo escribe en realidad, quien lo lee no es quien existe y así pues… mi creencia es imaginaria pues no puedo dar fe de lo que digo ni de lo que leo. Pero la insinuación de tristeza en su mirada no puede esconder que se encubre una mentira que es cierta solo después de haberla leído y que no perdió mucho quizás, hasta salió ganando pues ahora es guardián de la historia que lleva la obra, a quien tiene que honrar es a el lector que esta por llegar a esa historia y es a quien trata de enamorar. Ahora los tontos no solo sobreviven sino que a más determinan la suerte de otros y siento como me empecé empezar a enamorar de ti y a odiarme a mi mismo cuando esta historia perdió sentido.

20061106

Generalmente conduzco mi auto y paso frente a su casa, tiene un portón grande que permite entrar a varios carros cómodamente a un soleado patio interior. Esta vez está abierto, la veo en el fondo pasar y me animo a bajar, me estaciono y llego al timbre -que en este caso es una campana- mientras recuerdo...
Un aficionado puede fracasar las primeras veces, pero esa vez embestí como todo un profesional. Mientras la besaba se derritió entre mis manos y cada punto de su piel era un volcán para mí entre promesas de un amor eterno. Ya no me pude despedir, nos dio la madrugada y me quedé a dormir con ella esa vez. Y eso fue todo entre los dos cuando la mañana siguiente, ojeroso y sin haber podido dormir, aproveché el primer descuido para escapar a dormir a mi casa. Y estos recuerdos no duelen, solo me asustan a veces, a mí que aguanto casi todo.

Para cuando quise regresar al desenpanse pues… ya era demasiado tarde, mi virtuosismo no la pudo aplacar y la prisa que dejé atrás se revirtió contra mí en una graciosa huida. Que enredo era regresar y desfilar frente a su casa de vez en vez con la esperanza de ver sus exquisitas formas vestidas para imaginarla desnudada por mí… hasta que esta tarde tomo ánimos, llego enfrente y poco a poco me animo a tocar a su puerta. Aun no lo sabe pero nunca la deje de ver y aunque tenía unas ganas terribles no tocaba, la puerta digo yo. Cuestión de carácter, porque miedo, lo que se dice miedo… si tengo Sale a la puerta y se me queda viendo de arriba abajo.
-Son muchos años (Con cierto reproche)
-Casi cinco (Con cierto miedo)
-Pasa, te presento a mi marido… Jorgeeee… mi vida (Gritó sin inmutarse)
Y yo, pues transparente como un agujero, pero no pasó a más, el buen Jorgito nunca salió, lo tuvimos que ir a buscar dentro para que me lo presentara. Un buen tipo que se la merecía que ni que, era sordo como una tapia, y quizá por eso a él no le importo que roncara como locomotora.

20061104

Cuando llegué permanecí confundido leyendo mi epitafio. Pero dudé de ser yo cuando vi que no era el mármol que había ordenado.

20061101

Cuando entró al cuarto del hotel se acercó y la besó preocupándose porque pensó que todas eran la misma persona con distinta cara cada semana, carcomido por un deseo que se apagaba en infiernos se miro en el espejo y se dijo a si mismo -Eso si: en cómodos pagos cada siete días-

20061030

Nuestros miedos crecen cuando la soledad es compartida


Hay quien se me incrustó en el alma dispuesta al trance inaudito de ser uno conmigo, después desaparece y te deja una ausencia que te sella por siempre pero ¿Qué pude conservar de mi ingenuidad? Una criatura con fecha de caducidad vencida, pero no, antes era muy fácil enamorarse de ella en lo aljamiado y exótico de su ser, pero siempre lista para ir a pedir dulces de leche y cocadas en un idioma extraño como si cualquier cosa y solo por el placer de cacarearme con el tendero. Ahora ese amor perece una amistad aplazada que ya no tiene sentido cuando estoy hilando en lo mas fino del recuerdo entre sus sonrisas de después y los encantos de los antes cuando ya me sabía solo y le pedí un cariño para solo dejarme la rutina instalada en mi vida, solo otra vez más y me quedé esperando porque rompería la magia exótica de un lugar lejano de mis recuerdos, de la memoria de ayer y de los repasos de mañana que tomo y retomo para dejarlos en las noches en el mejor camino, que no es el más fácil o corto, solo es el más placentero. –Ayer- Susurraba en mi oído, porque no mañana, será el conjuro de la vida. Fue rencoroso y sin embargo tengo el más dulce de los recuerdos, la verdad, solo la verdad y eran como hechizos orientales que rompían la noche de sus -Te quiero- en que amanecía envuelto en sus velos, cuando me prendió ese último cigarro antes de que bajaran mi caja a la fosa en que las paladas se oían cada ves mas lejanas retumbando en la madera mientras el humo llenaba el espacio que dejaba mi cuerpo estirado y frío, aprovecho la colilla para prender un cigarro más, ya aquí abajo pues que me importa el quemarme, el humo o la luz.

Me despierto alterado respirando dificultosamente Probablemente fue un sueño en el que todo era obscuro, húmedo y frío. Siento la colilla apagada del cigarro entre mis dedos, y empiezo a extrañar el humo. Los dedos tratan de moverse pero no pueden por un dolor inmarcesible en que siento las yemas de los dedos caer muertas. No se siquiera si tengo los ojos abiertos. Siento frío, mucho frío.
Julieta volteó el papel que estaba sobre la mesa y lo leyó cuidadosamente, subió la mirada para observar si alguien la espiaba mientras le ponía dos cucharadas más de azúcar a su taza de café, después de todo… sería la última.

20061027

El adiós de la primera vez


El envés del circulo intimo era la relación que llevábamos los dos para que no se dieran cuenta de lo nuestro, una sonrisa aquí, un roce allá, subrepticio, a escondidas y muchos besos en las noches, listo para testificar, agarrado de ahí mismo con la madrastra de la verdad y definitiva. Perturbado por esas decisiones, inexplicables e inapelables que crean sentido en una entrevista:
-¿Cómo puedes viajar con tantos rencores? Cuando la realidad esta de regreso y aquí empezaste a vivirla, en donde la dejaste guardada, escondida del día y esperando la irrupción de la noche para dejarnos ver por nadie
-Empiezo el día y ya estoy esperando mi cita con el terapeuta, poco a poco se acerca la realidad mientras transcurre el día y en la noche me acuesto pensando que ya te poseo… para despertar angustiada otra vez al día siguiente
-Pues adiós y hasta mañana, ¿que es lo que sueñas?
-Sueño con la serenidad de quien no debe nada, pero abro los ojos y en ese momento veo acercarse un gran peso que me apabulla, es transparente y no se que es,
-¿Lo más amenazante siempre es lo más próximo?
-Como expresarlo, si lo más amenazador es lo más próximo y siento como lo puedo tocar mientras avanza el día, hasta que se convierte en algo etéreo que solo sugiere estar preocupada y ya no angustiada, es la sensación que tienes cuando olvidas algo y no sabes que es. Déjame descansar, permanecer un momento quieta, en silencio y con la luz apagada. Acompáñame pero no preguntes nada que quiero estar sola. Finge que no me prestas atención pero no te vayas, quédate conmigo y piensa que odias la playa
-La verdad de tu amor es que es muy raro, es como una atracción que termina repeliéndose
-¿Qué hay mas perdurable que lo complementario que nunca termina de integrarse, esa masa que nunca queda a punto y se queda en la tabla del panadero para el día siguiente servir de madre para el pan.
-O sea que soy la ultima corrección del libro que nunca quiere llegar al editor
-¿Y que crees que sea?...
-En el fondo una historia de amor que no tiene fin
-Algo tiene que ver el que te vayas a dormir sin nadie que te acompañe
-Más bien me afecta el despertar sola y no estar de humor para aguantarme
-¿Necesitas que alguien te soporte, o solo es angustia?
-No lo se, es algo ambiguo, es un sentirse autosuficiente sin dejar de pertenecer a alguien, allá en el fondo… muy en el fondo tratar de interpretar la realidad día a día
-¿Cada amanecer es diferente o no lo sabes interpretar en la realidad?
-Es como un odio a la felicidad que no se da, esa sensación de buscar y prolongarse en el intento, como tratar de domesticar la realidad, una desmesurada ansia de sobrevivir a gente que acaba de salir del manicomio, todos homogéneos y previsibles. Quizás sea que en fondo se que no soy inmortal, ni ajena al dolor
-¿Como te llevas contigo misma?
-Soy encantadora después de las diez de la mañana y me enamoro de mi misma en las tardes
-¿Te debes algo a ti misma?
-Más atención y humor… y un amante que me quite el tiempo, pero hay que tener algo de coraje para el sexo y yo, pues no tengo valor para lo que no conozco
-¿Sabes quien eres?
-No y no estoy lista para saber de que soy capaz, oigo mi voz como atravesando el tiempo e impersonal, tengo un apetito por la soledad que no me deja estar sola con mi virginidad… ¡No se vale cuestionarme sobre eso!, mejor pregúntame que pasara el día siguiente al que muera
-¿Te preocupa?
-No, pero es una salida fácil a algo que está creciendo dentro de mí
-¿De quien es la paternidad?
-Mía, toda mía, la felicidad es cosa de tontos y al fin… ¿Cómo descifrar toda la ironía de la vida sin dejarme llevar por la ira?

20061020

No es fácil aceptarlo, está muriendo. El cura que llamaron de urgencia se dedica a aplicarle la extremaunción con la cara larga y les pide a algunas de las viejitas del fondo del cuarto que recen los misterios dolorosos, lo que interrumpe su chismorreo pero obedecen con humildad. El doctor hace buen rato que lo desahució y trata que los estertores no sean tan impresionantes mojándole los labios poco a poco con un paño húmedo para que los familiares puedan justificar que se hace lo humanamente posible para su bien morir. La familia se congrega en los pies de la cama sin poder esconder su pesar, unos lloran sin poder disimularlo, otros permanecen en una actitud grave y no falta el que piensa en la herencia frotándose las manos a escondidas, mientras los niños que están en otra habitación de repente meten su nariz curiosa para ver que está pasando pero regresan a sus juegos lejos de los mayores sin saber a ciencia cierta que ocurre. Los amigos se han juntado en el bar y entre silencio inhabituales brindan por quien ya no estará con ellos mientras recuerdan sus buenos ratos. Ya han avisado al dueño de la funeraria que calcula el costo del servicio, -¡Ojalá y lo entierren! porque las cremaciones no me gustan- piensa para si mismo mientras espera noticias. Las muchachas del servicio permanecen en el silencio de la cocina tomando a sorbos un poco de café con pan. Todo transcurre lentamente mientras en el fondo del dormitorio un artista observa y toma nota.

20061016

Tengo un olvido nuevo, ¿Quién soy?
Salí del café y me pediste que te llevara a casa, como en los buenos días
-Tengo un cadáver en el ropero
-Ni siquiera tienes ropero en tu cuarto
-Es una metáfora, es una carga que traigo en la conciencia
-¿Por chaquetera? O solo te gusta dejar tu aroma al irte para que te recordemos
-Es algo difícil entenderte, es algo que no puede ser visual, necesito oírlo y sentirlo en los poros para entenderlo
Llegamos a un parque y me estacioné, de repente me levantaba y andaba, caminaba hasta dejar atrás los recuerdos. Alguien dejaba una estela, eras tú, a quien yo seguía no se si por el olfato o la vista. Un pequeño dejo permanecía en mi mientras regresaba, era como un recuerdo que en lugar de desaparecer, cada momento era más vivido y se complementaba con tu nombre mientras hablaba maravillas de mi mismo y como te quiero
-Mientras más te exhibes, menos bella eres, tus bondades radican en la discreción de quien eres y no necesitas demostrarlo
-¿Me idolatras?
-No puedo idolatrarte porque eres muy bella, eres mi referente, mi punto de vista y mi dejar de hacer
-No quiero decir que soy feliz, me parecería absurdo ser lo en función de alguien más, ingenuamente absurdo: como el seguir enamorada, confundiendo el sexo con el amor y la amistad
-¿Es una respuesta o una promesa el estar enamorada?
Y solo me quede esperando tu siguiente respiración, cada vez mas pausada, cada vez más tranquila y poseedora del escenario, las hojas apenas se movían mientras avanzabas y yo al observarte delante de mi te justificaba. ¿Quien es algo un día después?
-Siempre es necesario un espacio para nosotros mismos, se feliz por mi
Y ese fue el argumento para mi soledad… La función de la angustia es no sentirme solo, sentir el sentimiento para ser conciente de cómo soy y viajar hacia la felicidad haciendo algo, simplemente algo que me mantenga ocupado, buscar la verdad, encontrarla y no poder demostrarla.
Tú triunfas y yo muero un poco, modifico mi sentido del humor para entenderte y deducir el protocolo que te mueve. Ahora estoy para ser, no para hacer. Con total desparpajo me pusiste a hilvanar un momento que resultara entre cruel y erótico, entre la risa y el llanto que imaginaba sería el resultado… pero terminó siendo la causa porque si yo no te pertenecía, ¿Por qué me dabas ordenes?
Fueron tiempos difíciles, un día después, ella, desapareció por quince días, se escudo en un estado de fuga, una amnesia que no sabemos hasta hoy si fue a propósito o solo un gesto de estupor a la vida.
-¡Que huevos tienes!
Después se esfumó de lo habitual para dejar un hueco en su vida, desde lo más sutil hasta lo más prosaico, Con una relación disociativa entre lo que es y lo que se esconde en esa escapada amnésica y lo que menos entendí es porque regreso como si nada
-Desperté en un hotel de cinco estrellas en Veracruz preguntándole al futuro y me quedé en el cuarto hasta que se acabó el crédito de mi tarjeta, me daba miedo salir y… no sentir nada, sentirme miserable, me encerré tranquilamente a ver el tiempo pasar con la paz del encierro en que no pasa nada, y de repente… ahí te voy, pues me di cuenta que no sabía quien era y mis actos estaban limitados a ver y oir el mar por la ventana, y esperar el servicio al cuarto para comer entre susurros que me dejaban pensar quien soy, oí voces que me hincaban en la cama y se dejaban caer en mis oídos esperando saber quien soy, mientras todo giraba en torno mío en vez de rodar con las leyes de la física alrededor de la gravedad de mi depresión hotelaria
-Caminamos en la vida y somos inconcientes de que aún siendo felices, el mañana es cada día más incierto, ¿O no?

20061009

Si no existe el limbo… ¿Ontoy?


El lunes me levanté más tarde de lo acostumbrado, salí sin prisas de la casa a tomar el metro, aun sin tener un sentido del tiempo muy definido, claro, entré a la estación y me dirigí al vagón, la calma reinaba en el tren, ya no era la hora pico y estaba medio vacío, era más tarde que lo habitual, de repente, llego a la parada final y me doy cuenta que estábamos vacíos, el tren y yo
-Excelente, solo esto me faltaba, me pasé de parada, cuando regrese a mi estación ya no va a estar el tamalero
La llegada tardía se correspondía con mi distracción, en el fondo entendí que no quería llegar, era un asunto que tenía que ver algo con la dieta que no podía llevar, y algo más con mi sentido del tiempo en su relación con el espacio que estaba trastocado esta mañana.

Mi problema es parecer una persona normal y negar tener problemas, pero la autoría de mi alma está comprometida en la ventana de la indiscreción, cerca, siempre muy cerca de la puerta de la realidad pero atrás de un cristal, en el limbo… ¡Pero si el Papa ya dijo que no existe el limbo! ¿Dónde estoy entonces? En un lugar intermedio o en la transición de ser y no ser, en un purgatorio que no es un lugar… porque el infierno si lo es, y ya me amenazó la Santa Sede con darme un pase, ¿O no? Si no es un lugar, ¿Como sufrir sin tiempo ni espacio?, solo con un estremecimiento que nos lleva a una emoción extemporánea, caliente, muy muy caliente.

Esto es más enfermizo que esperar la cuarta dimensión viviendo en un quinto patio a las seis de la tarde, y si esto no existe, pues no puedo llegar tarde sin estar primero en ese lugar. O acaso estoy en un lugar pirata, inexistente en el tiempo, al que solo yo tengo acceso, caminando en una playa que solo vive dentro de mi y no se deja avanzar porque es infinita a lo ancho y el mar la limita a todo lo largo en un concepto que no se engloba dentro de mi obtusa mente en la idea anterior del limbo, cuando se suponía que entre el cielo, el purgatorio, el limbo y el infierno: Este, el limbo era la solución a la ignorancia y a la inocencia.

Se detuvo el convoy, las puertas se abrieron pesadamente, ¿Se separan más rápido en el regreso que en la ida las hojas de la puerta del tren si la estación es la misma? ¿Es igual aquí que en la acera de enfrente? Esto debe ser algo que tenga que ver con la ley de la relatividad de Einstein de que cuando dos o más movimientos se suman, pues, algo pasa, ó, con el voy y vengo ¿Entretenido, o distraído? ¡En el limbo! pero en fin, salí tratando de apresurar el paso, mientras subía a la superficie, empecé a ver los rayos de luz de que ahora caían más a plomo, claro era más tarde y el sol ya se depositaba pesadamente sobre mis hombros, con más calor, el reloj se detuvo mientras yo emergía a la superficie sintiendo un ardor inusitado para alcanzar la realidad, como hambre, sintiéndome el héroe de la película saliendo a la luz del escenario…

¡Chin! El lugar del tamalero estaba ocupado por una señora que se aprestaba a preparar flautas en un sartén lleno de aceite borboteando que me recordó al infierno, que no existe pero ¡Como asusta! ¿Y eso de las flautas tendrá algo que ver con mi nula habilidad musical? O su dulce sonido es solo un recordatorio de que el cielo es el único lugar aprobado por la Santa Sede.

¡Que ingratitud de la iglesia a tanto tiempo de almas en pena que de súbito llegaron al cielo! De un plumazo, ya me imagino las colas, y… en fin, estas flautas eran de las que se comen, y las mías las pedí con mucha crema y salsa verde, para ir al cielo de los glotones vía la desviación de la indigestión. ¡Estaban buenísimas!... mmmm… el paraíso en la tierra.

20061003

20060925

La tarde parece intuir la lluvia, poco a poco se apaga la luz y el resto del ocaso se convierte en frío motivo para relajarse en el café.

Por lo que platicaban en el teléfono, después de tanto tiempo de no verla, me la imaginaba alta y muy arreglada, pero resultó más bien menudita, hasta cierto punto, paradójica y extravagante, y no me queda otro remedio que mirarla como si no la viera mientras se agregó a la mesa. No hago ruido y procuro escuchar mientras se quita el abrigo sin saludar y deja adivinar una sonrisa de alivio cuando lo deja caer en la silla cercana a mí y me pide perdón por la intromisión, uno no espera eso, ¿acaso es un simbolismo de sometimiento después del embate con que se posicionó al llegar?, y me mira fijamente esperando una respuesta. No le digo nada y me quedo en su mirada mientras empiezo a retomar mi espacio sin tener en claro el porqué lo hago, mientras, ella asombrada se hecha para atrás y me pregunta donde quiero pasar la tarde, así, sin preámbulo, casi atropellándome:
-Invítame a cenar algo prometedor, tengo mucha hambre y hace mucho que no platicamos, eso si, podemos dejar el final abierto ¿no crees?
-Es una estupenda verdad llena de sensualidad tu oferta
-Ya sabes, los amantes nuevos son como actores en una mala trama que se sienten mal por si mismos, ¿O es una mala impresión? Las cosas buenas se suceden tan rápidamente que es difícil reprimir el recuerdo cuando caes en cuenta que lo importante fue el camino, no la meta, pero… ¡Yo solo te propuse cenar…!

Deseo, lo que más quiero es adivinarte otra vez al final, tan joven que aun apoyaras a la izquierda, fueras intolerante hasta contigo misma y al mismo tiempo no supieras lo que quieres, empezar a narrar lo que ya se como va a terminar en un ímpetu expresivo que no lleva a nada, a nada. Quizás a un amor desmesurado que se aleja de lo real, sin tener mucha capacidad de maniobra adentrándose en ese camino lleno de baches y desvíos que nunca queremos que acabe, porque ya adivinamos el final cuando veo como te vas cubriendo de una forma casi humana, extravagante y con estos malos modales que no recordaba en ti.
Fue como regresar a un camino que ya nadie transita, acabar la tarde en un torrente de palabras sin fin, bueno casi sin fin porque al final pues escuchar tiene sus recompensas.

De una aterradora belleza resultó lo que ocultaba la tarde, cuando terminé desgajando la historia en pedazos mas digeribles por mi estupor, sentí tu mano recorriendo detalles que yo no recordaba tener so pretexto de poder asimilarme mientras me acariciabas ¿Quién puede dudar que el recuerdo es táctil? Que los caminos los llevamos dentro y a veces no nos llevan más que a nosotros mismos y son la prueba definitiva de que nos quisimos, muy a tu manera, pero nos quisimos, hoy, pues… eres otra mujer.


Sin ti soy yo

20060920

Preciosa y con mirada de lince, inmaculadamente limpia, con la mente en blanco mientras avanzaba delante de mi saliendo de la regadera, no soportaba verme caminando desnudo atrás de ella, escuchando sus pasos, seguirla era un placer, la naturaleza anárquica de sus razonamientos se contraponían con su voz firme y dulce con la que exponía sus pensamientos cuando volteaba y se paraba de frente, viéndote a los ojos:
-¿Qué es la riqueza sino tener, compartir y estar interconectados unos con otros
-Acaso tu identidad personal es la fuente de toda riqueza
-Bueno, la capacidad de entender y escuchar asimismo es un bien
-Al final es ahí donde adquieres tus conocimientos y empiezas a experimentar, oyendo y prestando atención
-Que es… como regalar un poco de tu tiempo
-¿Y el movimiento? La capacidad de viajar y estar en varios lugares también es un valor que nos une
-Parto para no morir es la idea, no permanecer en lo mismo
-Siempre que no sea como sociedad en conjunto
-Y si me arrepiento de algo… tiene algún sentido seguir recordándolo.

De ves en cuando, las horas cambian de dueño con pudor y en un silencio casi pecaminoso mientras aun en mi ausencia y escuchándote trato de prestarte más atención, pensé que sería otra vez cuando terminaría de leer tus ojos para entenderte mejor, y que más, como personaje solo tenía esa mirada para seducirte con esa fijación que se clava en disfrutar y repetir los secretos de los puritanos
Ahora estoy seducido por sentir las emociones bordadas de tu humor acre, el estira y afloja de tus ideas que se dejan caer en mis ojos cuando me ves
-Desahógate, que solo es una disforia de genero, ¿Quién puede disfrutar después de haber conocido el sexo de esa manera tan rápida y triste?
-Una vez más ¿Tienes algo contra las lágrimas?
-Quizás Dios tiene un sentido del humor que no entendemos y ese es el problema, lo tomamos demasiado en serio. Uno pasa el tiempo buscando, preguntando; cuando por fin hallas, cuando tienes una respuesta, ¿qué sigue?
-Encuentras que el camino es el destino, caminar, caminar, caminar… y en mi caso solo escuchar

Y para mi que con un cuarto de kilo de angustia y presumir de temperado navego fácilmente, siempre me ayuda a que la gente me vea bien y no le interese descubrir secretos de mi vida, que a fin de cuentas desenterrar mi propio cuerpo y ver que no eres lo que aparento, pues, no es fácil.

20060917

Desvariadamente ingenua, sonrió como no solía hacerlo, tenía algo en la sonrisa que no podía desatar ni su mirada, ni su voz. Solo su cuerpo ingenuo que se negaba al deseo. Ella tendría que tomarse las cosas con más calma, a final de cuentas esto no es lo que pasa, es lo que pasó, como si la prisa fuese un error de juventud y no un pretexto para justificar los errores

¿Qué puede pasar para evitar que tengas sueños? ¿Que vendrá después de esas noches de insomnio? Al final pretendo ser el autor de tus fantasías mientras veo pasar tus ilusiones y nos despedimos para no dejar nunca de vernos, al final hay que ser fuertes para estar solos, alcanzar las sombras para ver lo profundo de las relaciones, en solitario y al aire. Estaba anunciada tu textura y tu peso en tu forma de tocar el timbre, adiviné que no era un vendedor, ni un vecino, esa forma de anunciarte era la tuya.

Era tu forma de compartir la soledad en tu forma de llegar y no decir nada, y aprendía valorar tus risas y tus canciones, te llamaba pirata porque abordabas mi vida sin piedad en la complicidad de la noche que terminaba entre cáustica y humorística en tu crítica inteligencia.
-Si yo te dijera, que te quiero a gotas, que hace un año que estuvimos en el mar y aun siento la sal dentro, que el mal gozo existe y cuando me quedo pensando en tus defectos me quedo dormido y amanezco sordo y ciego sin ganas de vivir el día, recordando como sangrabas ese día y no querías hacer el amor.
-Si yo te dijera que quiero amanecer aquí mismo y sudando tú sal


Y después de mucho tiempo, solo queda tu foto enmarcada en una madera blanca que realza tus ojos y hace que el personaje que estaba atrás desapareciera domado por los cansancios del tiempo, mientras llegaban tiempos obscuros y caíamos, caíamos aunque no hubiera fondo a la vista, hasta un lugar que no existía, solo era como un estado de animo y que sigo sin entenderlo mientras caigo.

Siempre te vi así, obscura y luminosa al mismo tiempo, una sonrisa franca y un trasfondo irónico que siempre se sentía ahí, aunque estuvieras muerta en el fondo. Tu perfume de desasosiego sigue flotando por ahí, sin la menor idea de donde proviene ese olor seco que me persigue, claro solo eso podía ser, era un fruto de mi imaginación y ahora, me entero que mi angustia existencial tan solo era enamoramiento.

Y esto es historia, si tiene ago en el fondo, no lo se pues solo es un desahogo, un secreto que digo mintiendo como el buen farsante que soy.

20060913

Indigestión


-¿Qué cenaste?-Un Cervantes-¿Un qué?-Tres quesos de la tierruca diferentes con tres jamones ibéricos en una chapata-¿Chape….?-Un pan grande cuadrado… y me lo pasé con un vaso de tres frutas grande y un pastelito de avellana pa que amarre bien todo… ah y un Express doble-¿Desayunaste?-Cuatro gorditas con sus frijolitos de la hoya junto, como pa acompañar y un bistec encima y su fanta, después pase por el Macdonals por una malteada de vainilla-¿Comiste?-Me invitó mi mamá, pa celebrar a Calderón, pozole con chamorro… mmm bien picosito, arroz rojo, pastel de tres leches, un racimo de uvas y unos chocolates para evitar la indigestión-¿Cenaste?-Dos filetes suavecitos con sus papas y como que… ya no tenía apetito-Y hoy amaneciste con tu AVM-¿Mi que?-Accidente vascular mesentérico-¡A chingaos, y eso, como se come!-¡Deja de pensar en comer! ¡Ve como quedaste una semana y seis kilos después!... de tragones y panzones están hechos los panteones-mmm ¡Yo no estoy gordo!(Me retiro a reponerme un rato porque hasta la inspiración perdí después del regaño de mi doctor. Una semana después… )
.
.
.
.


Termorregulación


Rin Ring

-Doctorcito, te molesto tantito, ahora, si me acuesto tapado… me da calor y si me destapo me da frío, con pijama no aguanto el calor y desnudo, me muero de frío y sudo ¿Qué chingaos me pasa?
-Eres homeotermo, como que tu termogénesis tiroidea y los balances de sodio de tus membranas no han agarrado el paso, al sudar, el hipotálamo anterior recibe señales erráticas de tu sistema corporal y obviamente provoca un desbalance a todo, acuérdate que perdiste seis kilos la semana pasada por tragón e indigesto

-¿Y como curo eso?

-¡Desayunando espárragos!

-A cabrón, ¿Dónde los compro a esta hora?

-Si consigues un medico a las seis de la mañana, pues segurito puedes encontrar espárragos para el desayuno

-OK doc... Ya entendí, me regreso a la cama.

20060905

Cierzo


-¿Seguro que era por aquí?
-El azar está en el camino o solo en la satisfacción de un café caliente al final
Es algo que ocurre a veces, sales sin un plan y no sabes a donde te lleva el destino ese día, pero siempre encuentras un lugar que se queda gravado en la memoria y sientes esa sensación casi obligada de que no vas a regresar jamás, es la historia de una sola vez.

Es como una aventura dentro de un día común en que aparentemente no pasa nada, escondida y a medias, quizás quien está junto y es coprotagonista, ni siquiera se dio cuenta de lo que pasó, pero tú, la idealizas y la revives constantemente

¿Qué cubre tu ser?, nada, solo un suspiro que pasa, ya lo dije, no creo en pasados sin tacha ni en las delgadas brechas en que se escapan las palabras ociosas que pierden sentido en un susurro, que de sabidas, pues no tienen nombre y solo escribiéndolas las identificamos. Al fin soy esclavo de ese viento frío del norte para poder volar y todo empezó de noche, ahí donde antes nunca pude regresar y me quedé atrapado en el deseo, y que no se si ahora son secretos o mentiras los susurros que tengo en la mente.

Ahora regreso y veo que no existió, fue como una ilusión óptica que me dejo gravado algo que no estaba. Siento pasar el mismo viento frío y el recuerdo, solo el recuerdo de lo que cuesta la felicidad.
-¡He vuelto!
Y, siento pasar el cierzo a mi lado.

20060902

Miedo


Oír tu voz desgarrando la palabra, ¿Pero como odiarte? Si es solo una perdida de tiempo el miedo y el rencor y ¿Cómo evitar qué te vistas de carne? ¡Solo es para darle sentido al tiempo! Que fácil es ver alejarse un tren en la estación y sentir como poco a poco toma velocidad hasta que se pierde en el fondo de las vías y tú, parado en el andén, lo sigues con la vista hasta que desaparece y la piel es la ultima frontera. Ambos éramos unos ignorantes, pero ignorábamos diferentes cosas como darle un final patético a una historia habitual, regresas y ya nada está y obviamente no sabes si dudar de el lugar o de ti mismo, empiezas a apanicarte hasta que te das cuenta que no pasa nada, lo que escurre en tu mente solo son suposiciones de lo que pudo pasar y ser.

En ese tiempo se vivía después de las seis de la tarde, de ahí en adelante nada podía detenernos, éramos ricos, poseíamos los atardeceres y las madrugadas, las luces de la ciudad, y lo oscuro del fresco del parque, tu querías y yo podía. Y si a veces no los disfrutábamos, era porque estábamos uno encima del otro descubriéndonos y volviéndonos a cubrir, dueños de lo que escondíamos y esclavos del silencio y el miedo.

20060831

Agosto


Hoy es lunes y se supone que debo empezar algo productivo, pero no, aquí estoy espatarrado en la cama y acordándome de Esther, siempre degusta recordarla:
-¿Qué ha cambiado?
-Que eres insolventemente impío en esto de ser feliz como devoción
-¿Y… existe otra manera de vivir?
En el centro de la historia, la carga secreta de aventuras incongruentes que se revelan desde un punto de vista más bien confuso para mí, la mitad de la historia, una narración que no es racional, como no es evidente lo verdaderamente importante en la vida. Al fin, nunca sucedieron, siempre estuvieron en mi pasado y nunca supe cuando pasaron mientras ahora las acaricio cuando las recuerdo.

Era ese agosto de tardes calurosas cuando conocí a mi nueva vecina, había llegado con el fin de clases, cuando las lluvias se dejan caer en las tardes de repente y casi sin querer, solo por quince minutos y dejando un poco del viento frío de las montañas corriendo entre las ventana abierta para dormir a gusto y destapado, los domingos eran diferentes a los demás días, esos días las noches eran más largas y aburridas, antes, era muy diferente cuando el tiempo se media en domingos lánguidos, salidas a misa y a la feria… y ahora, no, hoy lo mido en esperar los sábados de fiestas, esa es la seña de que ya soy maduro: Son más bonitos los sábados que los domingos.

Su fama de alegre cada día era superada por las historias inexistentes en las aventuras inauditos que se contaban de ella, aunque nunca nadie les puso fecha ni lugar, siempre en la incongruencia del “me dijeron”, con la alegría de la espuma que sube y lo efímero del agua hirviendo que se dejaban caer en sus anécdotas en las platicas de la bola. Eso si pasaba frente a nosotros y la falda corta y los tacones altos que al caminar la hacían balancearse y al moverse… rozar sus pechos contra la blusa de seda delgada y algo transparente que el diablo siempre me dejaba en el camino de mis ojos, deseando ser tela, para sentirlos.

Y yo, como atinado zahorí, trataba de develar su misterio de cómo pasaba el tiempo sin dejarse llevar por nadie, bueno casi por nadie:
-Déjate llevar, déjate llevar… ¡Manuel… Despierta, despierta!
Y yo con la temblorina de la inexperiencia y todos los personajes de mi vida desaparecidos:
-Lo que quiero se hace a obscuritas y en la noche, es como una cábala que no se si será pero no me burlaría de ella
-Eso trato, pero no es fácil
-Déjate llevar solamente
-Que pena ser ciego y sordo ante ti, que pena no obedecer a mi lazarilla
Y era la humedad perfumada de su cuerpo lo que me distraía y no me dejaba concentrar en la clase de música que compartíamos y solo pensaba que estaba desperdiciando el tiempo, mientras su inspiración era un encanto misterioso que se sublimaba frente al piano y terminó en un juego de dos
-Ajemmmm
-Pero ya te tienes que ir… despierta
-Déjame disfrutar de la noche
Y contrario a lo que yo pensaba, nunca pretendí la posibilidad de no volverla a ver
-Si algún día me ves, has un esfuerzo, por favor ignórame, esto será nuestro secreto
Y desde entonces es como un desfile estupefacto de descripciones que cada vez son más tenues y distorsionadas en mi memoria, lo cierto es que quisiera despertar otra vez entre su música, caminar hasta su casa y no arrepentirme en el último momento de crónica fragilidad para cambiar de rumbo a ninguna parte, y terminar de entender que somos amantes mientras mas gozamos y la esencia es ser feliz.

Ahora, sigo despatarrado sobre la cama, veo pasar el tiempo rascándome entre las piernas y recordando satisfecho la fiesta de cumpleaños, cuando ahí me enteré que era cinco años mayor que mis diecisiete.

20060828

A Nadia, nunca le preocupa nada, y yo, pues soy un ignorante y ese día lo comprobé, los afectos naufragaron porque nunca estuvieron amarrados a nada, ni a mí, ni a ella. Nunca la había visto así, protestando y plantada frente a mí:
-Así son las cosas
-Siempre quise que así fuera, es como tu sentido del humor
-Perdiste, y de looser no te van a bajar nunca, nunca. Eres nefasto
-¿Es malo eso? O solo es indignante trastabillar por ti sabiendo que no hay quien te mande
No fue necesario decirlo, al cabo siempre lo supo, era como terminar sediento, borracho y ella como único principio, como el personaje principal del cuento que no tiene altura ni profundidad al frente, solo sus grandes ojos negros arriba de la sonrisa que conserva de siempre, desde los recreos en la escuela, desde las escapadas a nadar.

Y de lo demás ni que decir, desde que el diablo no esta de moda, pues no tiene sentido platicarlo, mientras más miro hacia atrás para rebuscar a la pequeña mujer que se hizo conmigo a golpes de inocente malicia.

Después ya no fue de los dos, salio a la calle con su frescura y yo aproveche para cabalgar en el rastro que dejaba su aliento, hubiera querido ser mas explicito, la tarde en la cafetería pasaba como agua tratando de ignorarme, pero salimos fuera no para conocer cosas nuevas, sino solo para encontrar estados de animo en lugares que significan algo en tardes imborrables de tenue memoria:
-¿Debería? O solo me soportas
Me usó como mera alucinación, pero que es usar a alguien que no significa nada en el insomnio de quien deja de moverse a las dos de la mañana o en la verborrea de las ideas, que se vuelca encima de mí y me impregna, recuerdo imágenes de lo que quiero ver, no de lo que en verdad pasó. Salimos y se quedó viendo el atardecer hasta que se aburrió, simplemente no lo entendía, mientras, no participaba del momento despistaba a todos emprendiendo contra la tarde y sin querer me llevo a donde siempre

Nos reunimos como siempre, furtivamente, para dejar de estar juntos al mismo tiempo y salir con un intervalo, abrí los ojos y la miré cautelosamente. La foto de ese día fue una mueca dulzona de lo que era, el perfume en su hombro lo percibo ahora que estoy en la realidad
-¿Porqué no te resignas? No te pertenezco y sin embargo me domas, lo hago voluntariamente y al tiempo me siento ultrajada
-Mejor sígueme contando cuentos en las tardes, ¡Me fascinas cuando te paras desnuda frente al espejo y te tapas la cara con la toalla!
-No tienes límite…
La sigo escuchando pero solo veo como sus labios se mueven y sin decirme nada se mueven sin sentido. Me quedo quieto tratando de parecer dormido pero sigo con los ojos su cuerpo recorriendo el cuarto con su inquieta urgencia para despedirse, afuera la tarde se acaba entre gotas que dejan entrever una lluvia para toda la noche que viene del mar, se siente salada la brisa. Alcanzo a ver el color fuego de su piel que se resbala sobre la toalla blanca y limpia la tristeza que deje impregnada en ella, después, me quedo viendo como la ropa se desliza suavemente sobre su cuerpo… como telón de despedida.

Ahora veo las fotografías en que ella aparece de costado caminando junto mí y trato de adivinar la expresión de su rostro, pero esta seco, muerto, paso mis dedos sobre el papel tratando de encontrar algo, de percibir algo en su gesto. Nada, por supuesto que no hay nada.

20060825

Ese día me habló, bien entendía que cuando regresas, pues ya tienes un punto a favor
-¿Qué llevas dentro?...
Recuerdos, memorias, ganas de fugarme al pasado y nada, nada que ayude a olvidar que San Jorge es feliz en Inglaterra, cazando dragones y apagando fuegos.

Ahora ya es hasta parte de mi álbum familiar, la crónica se escribió y todo está fijo e idealizado en la memoria, ahora abro la ventana y veo como escapa un poco de mi hacia fuera, un olor a humedad y viejo que se agota en una exhalación, siempre disfruté de su humor y padecí su lindura, pero a medida que el recuerdo se deja llevar y descubro oquedades llenas de detalles, pasa el tiempo y solo queda el recuerdo del intento de fuga.
A medida que voy reconstruyendo los diálogos, se escapan de mí, siento como me aburre el pasado mientras me transformo y cambio.

Parte de mi se quedo ahí… Y salí a la ciudad a buscarla, ella, como nunca de esplendorosa, estábamos los dos con la actitud de quien descubre un nuevo sabor de helado y bueno, no todos los días se prueba algo nuevo con mutua perspicacia. Tenía unas ganas locas de encontrarme con ella desde que salimos de la escuela y aprendí a esperar y no podía evitar sentirme un falso al buscarla mientras la veía sonrojarse al verme entrar en el café, pero así fue, después Gabriela se recostó sobre la cama cubriéndose el pecho con una almohada blanca, el pelo rojo doblado sobre se mismo se dejó caer de repente sobre su cara como de me acuerdo, cruzó los brazos ocultando su pecho y se me quedó mirando como quien ya tiene bastante con soportarse a si mismo:
-¿Que esperas?
-Que empiece a llover y cada tarde… lo mismo, la única verdad es que hay que disfrutar la vida y buscar una mentira entretenida, y yo ciertamente no sabía que esperaba, mis prisas eran por aprender, los ochentas y ya nada sería igual después, mis amigos ya eran diferentes y lo que nos unía era el humo que exhalábamos platicando mientras comentábamos lo que no sabíamos en tardes que esperaban el fin de semana.

En este día, en especial se escapaba el olor a cigarro por la ventana entreabierta del cuarto y mis ojos resbalaban sobre su cuerpo buscando el amanecer, estábamos más despiertos que nunca esperando quien se despediría primero de quien y con que palabras
-No lo pensé así
-La imaginación manda
Era la pose de quien quiere demostrar quien sujeta una situación… al final me habías perdonado y yo, no me enteré.


Cambiamos y sin embargo… somos los mismos

20060819

-¿Qué lees?
¡Que tiempos! Las épocas en que no sabía que escoger un libro era más fácil que elegir una dueña, quizás fue porque ellas siempre me escogieron a mí, a lo mejor yo nunca tuve nada que ver, ni con la elección, ni elegir. Mi destino era Veracruz en unas vacaciones de las que no esperas con unos compañeros de colegio pero mi único vicio era hacer tonterías… y se me notaba. Había que mirar dos veces para darse cuenta de que habría cambio de planes y yo, atolondrado no lo sabía:
Bajo esas formas de pedirme que me quedara se escondía una cierta… envidia, quizás solamente el despreocupado egoísmo de su parte, pero no, era algo más que la indiferente sugerencia para que la acompañara, era invitarme al día de campo familiar en que nos metimos a explorar las obscuras galerías que servían para recolectar el agua para la ciudad y salimos, milagrosamente, del otro lado del bosque; el paraíso perdido para la soledad de un domingo de agosto, persiguiendo libélulas en el bosque. El mundo es algo complejo, pero ¿Como explicar al regreso el cierre roto de su falda? Quien creería que se atoró con una rama y como disimular la incertidumbre en mis ojos si hasta yo mismo me daba cuenta que sudábamos a mares.
Salimos, yo con los ojos cansados de la oscuridad y ella con la sonrisa de la felicidad recién adquirida, y vi como su padre se recargaba en un árbol enfrente de la cueva, su madre platicaba con alguna amiga antes de quedársenos viendo cada vez más fijamente
-¿Qué te pasó mijita?
-Me atoré con una rama
Dijo, con su sonrisa más grande de niña bonita, y volteando a verme para que lo confirmara. No pasó a mayores, solo los cuchicheos lógicos en la comida, pero esas vacaciones aprendí el valor de la soledad y un buen libro para pasar el tiempo en vez de la temeridad de salir inocentemente al campo y el desasosiego de preferir no regresar jamás a su casa, ah, esa adolescencia estúpida y patética que nunca me dio cara para buscarla de nuevo, ella y mi desmedido romanticismo que nunca me dejo cazar mariposas de nuevo, como esa vez.


La mejor manera de ser viejo y sabio es ser joven y estúpido

20060812

-¿Qué prefieres?
La pregunta, ya de por si suena facciosa y es difícil acertar con una respuesta a lo que ya sabes es una provocación, aun cuando aun no lo sepa, ya se que el pretexto es bueno para encontrar amaneceres en la calle con labios ásperos de secos
-¿Te gusta?
Llevaba su mano, sin prisa, por los míos, acariciándolos como a quien no le importa y llevándome a rastras al fuego nocturno, entre esos muros que se me venían encima de blancos en su patio, siempre tan húmedo, tan ella. Tanteó su pelo como para arreglárselo pero a propósito lo dejó cubriéndole la cara, como para dejarme a mí develar su rostro, abrir la cortina de sus ojos cerrados con mis labios secos y partidos. Chasqueo sus labios como invitándome a acercarme a bajar los escalones resbalosos de su altar y yo, me atrevo a tentar sus muslos
-¿Por qué me miras así?
Y me volvió a preguntar si me gustaba
-Si, me gusta mucho
Luego se sentó sobre mí, de frente, viéndome a los ojos dejo que la tarde se viniera encima mientras sentía crecer su cuerpo en mí, así, hasta que apareció alguien que nos motivo a separarnos un poco, sin dejar de sudar, me obligué a despedirme hasta el día siguiente.
Yo no lo sabía pero toda ella era erguida y orgullosa, pero para en la mañana, me bañé con jabón especial y agua fría, ese que no me quita tu aroma, para dejarme tu recuerdo y esa agua que escurre como tus dedos en mi cuerpo. Salí al café negro de la mañana y me senté como siempre, en el rincón oscuro de la cafetería que me gusta, y ahora sin ninguna circunstancia que apresurara el día en que ahí me refugio, esperando otra vez la tarde, pues simple y sencillamente ya no me importaba, mientras mantuviera el sabor de sus labios. Las imágenes se agolpaban en mi mente todo el día. Al final, siempre sutil y maliciosa me esperaba en el patio blanco, buscando la oportunidad entre los pliegues de mi cuerpo para su fogosidad.

20060803

Confesar mis culpas es lo más cercano a la ingenuidad, no se si esa ingenuidad pueda ser considerada en si misma una culpa, pero hasta hoy comprendo que las poses exóticas son el silencio de las actitudes que ya no tienen forma cabalmente en mí. He engordado lo suficiente para dejar pasar las chanclas como una forma de justificar descansar los pies ya sin energía siquiera para agacharme.

Díscolo, era lo que era, consumidor conspicuo me convertí en muestrario de malas mañas para la envidia de los que no compraban lo que yo consideraba necesario para mi ego envidioso. Y ahora que se mis secretos, ¿Qué? Aunque crezcas, mantente a la izquierda, ya se que es dificil.

Siempre del otro lado de la acera, lejos de las márgenes de siempre que están más sucias que el centro, en donde ya no puedo nadar de muertito. Más abajo siempre llega la tarde y empieza a obscurecer, el sol deja de hacerme sudar y puedo llegar a una orilla a descansar.

La trattoria de la plaza es el lugar indicado, el gran café ya no es un sitio donde me sienta a gusto, siempre la misma gente en los mismos círculos viciados adivinando hasta donde llegaría la marea ese día, que maravilla programaría la ciudad para su contento en la noche y el calor para mañana. Pana llego y me contó de sus aventuras y lo caro de Londres, refunfuñando me toma la mano y la pone sobre el anillo que no había notado yo en su anular izquierdo, ahí esta mis deseos y sus orígenes pero en ese momento me deje llevar por los recuerdos hasta sentir como se desparramo mi existencia en nulidades –Felicidades- fue lo único que dije.

20060728

Las mañanas de sol, así son: Ratos de nostalgia que se deslavan en caminatas desanimadas que empiezan tarde y terminan asoleadas en la escalinata de la plaza principal, la sombra de las torres poco a poco te envuelve, te invitan a caminar con el sol y hacia la cafetería y el sol que no te termina de despertar inconsolablemente gratuito
Permaneció sentada en los escalones de la iglesia, decolorada, ya tenía mucho tiempo abandonada al sol que quemaba, pero parecía no importarle, había visto que no tenía fuerzas para seguir ahí. Sin apurarse se levantó, claro había que mantener el orden y el decoro en su vida, no había dormido y apenas tuvo ganas para mirarme, me preparo para lo inevitable, sentí que era ella en su esencia la que estaba ahí, como dejándose ver a su interior cansado, agotado de seguir en lo mismo, evocando todo lo que era ella, al final ya nada la nombra y yo, aun sigo siendo el mismo.

Siempre se alegra cuando la soledad la alcanza, ya sabe que no es hacer el amor lo que la excita… es el con quien. Llega a la cafetería y pide un bocadillo, la atiende un mesero joven, voltea a ordenarle y se queda viéndose ella mismo en un espejo que se mueve al viento mientras cuelga:
-Ya no puedo, la muerte no es envejecer, es ser olvidado, ¿Quedó algo pendiente?
Como pretender que esa imagen inestable se abriera paso al cielo, si no habíamos pecado primero y eso si, estuvimos a punto de morir al limbo en el pleamar de ese mes
Lo que paso, pues, ahí se quedo, no me podía querer a mí sin mí.

20060727

Mientras Lourdes caminaba ensimismada esa tarde, volteaba la mirada de vez en vez hacia atrás y pensaba que todo era maravilloso, pero, empezó a sentir esa sensación de angustia que la alcanzaba, igual que aquella primera vez, cuando nos conocimos, igual que hoy, subiendo aquel viejo camino al fuerte abandonado que ahora ya no guardaba nada, como aquella vez, esta, que tampoco la ayudo a defenderse de nada. Se apuró y siguió caminando como siempre lo hacía y sintiendo como su respiración se aceleraba:

- ¡Manuel! Yo siempre sospeché que lo sabías, pero nunca imaginé el manojo de mañas que eres- Me dijo, mientras simulaba autoridad en sus palabras
+ Supongo que es difícil tener ánimos cuando todo parece estar en tu contra- Le dije, mientras me quedaba mirando su blusa blanca con el pequeño prendedor que acostumbraba usar siempre que me quería complacer (Yo se lo regalé).
- No me digas eso- Masculló, frunció el seño y empezó a caminar más rápido, con rumbo a la arboleda, sus piernas encantadoramente largas se pusieron en movimiento con esa confianza premeditadamente estudiada suya, mientras, se acomodaba el pelo que caía sobre sus hombros graciosamente y daba grandes bocanadas del viento que tenía de frente como queriendo jadear.
+ Dilo otra vez, hay tantas cosas que te traen recuerdos y no hablarlas, simple y sencillamente, te va a llenar la mente de paja-
- Alguna vez me lo he planteado, pero sólo es un “deja vu”, como una contradicción que sé, no puedo arreglar… Realmente fui feliz con la sensación de ser feliz, con esta tranquilidad de no saber lo que quieres, vuelven a mí las salidas en las tardes de verano a pasear en la motocicleta, las cenas fantásticas con el sexo a escondidas y como nos sentíamos dueños de la noche-
+ ¿Y sientes que nada lo substituyó?-
-Las vueltas que da la vida, ¡Yo pensé que me querías! Hay que recocer que lo haces muy bien-
+ Pues ya no lo se, acuérdate de estar alegre el resto de la tarde, vamos a preocuparnos por disfrutar lo que tenemos y después nos apuramos por lo que nos falta- Hice una pausa y le pregunté que si pensaba que la vida era difícil, tan difícil como para no inquietarse por el mañana.

¿Cuando tienes todo lo que necesitas para ser feliz sin angustiarte demasiado?
- Por favor- me dijo, mientras ya no pensaba que ella sintiera lo que decía y se quedaba meditabunda cavilando que había necesidades que no podría cubrir, así estábamos cuando levantó la vista para saludar a la gente que bajaba mientras caminábamos, mirando las nubes pasar encontrándose las copas de los árboles, sacó un cigarro de su bolsa y se sentó en una banca a disfrutarlo a grandes bocanadas, eso, ya sabía yo que era la señal de que quería platicar, algo me iba a decir qué tenía importancia para ella. Había horas en que parecía dedicarse a los demás, pero pocas veces se daba tiempo para sí misma y menos fumando, cosa que a final de cuentas odiaba y sólo dejaba para estos momentos.
+ No podemos pedirle ambos al tiempo que nos perdone y dejar las cosas por terminar, a final de cuentas tú fuiste la que me pedías que te respetara tu espacio-
- ¡Al diablo!- Se dijo casi para sí misma mientras se limpiaba las lágrimas de los ojos, sentía los latidos de su corazón y una sensación de hambre que la desconcertó.
+ Es agradable estar contigo, podría decir que eres perfecta-
- ¡Veme a los ojos!- Me dijo mientras pensaba quien era yo y que contestarme
+ ¿Acaso estas enojada contigo misma? O sólo es una angustia que flota en el ambiente como perfume pegajoso la que te molesta-

No era una opción para mi, pero Lourdes decidió regresar, mientras caminábamos, volteaba persistentemente a buscar nuestras huellas en el sendero… no encontró más que las suyas y sintió su voz hueca, se dio cuenta en ese momento de que estaba sola, se paró, buscó por todos lados, estaba sola, empezó a oír su propia respiración, entrecortada por el miedo y sintió como le temblaban las piernas mientras volteaba para todos lados, poco a poco respiro profundamente y encontró valor para regresar a la ciudad, mientras sentía que las ramas de los árboles la apabullaban, pero ya no fue capaz de voltear la mirada otra vez hacia atrás, apuró el paso y terminó corriendo, como huyendo del ruido de sus propios pasos hasta encontrar la seguridad de su casa, llegó y se desnudó, aventaba la ropa como deshaciéndose de sus problemas, entró al baño y lo cerró con seguro para meterse, ya más tranquila, abajo del chorro de agua caliente.

La idea de verse así, no estaba en sus planes pero se sentía débil para reconocerlo, estaba sola, muy sola con su angustia y ni siquiera sabía cual era su miedo, su soliloquio se limitó a preguntarse por su seguridad mientras se frotaba el cuerpo caliente, el jabón se llevaba sus angustias… por lo menos temporalmente.


Neurosis de angustia

20060725

Ya ni me acordaba de lo que era ese papel doblado en mí cartera, mientras lo abría, sentí como una válvula de escape abierta a tope y silbando, como la vista de un tragaluz que mira hacia el cielo, ahí donde todo es irreal y podemos observar hacia arriba nuestros problemas, como nimiedades que se quedan en un sarcasmo que se revierte volando entre las nubes. Volví a leer detalladamente el pequeño papel y todo me quedó claro, respiré lento y te traje a mi otra vez.

No todos los muertos apestan con los días, algunos se quedan como una anotación sin importancia, en un lugar entre líneas imaginarias, cercanos y casi vivos, como para acordarte y revivirlos después, para resurgir como el fruto de la ausencia que me forzó casi a relegarte a un papel en mí cartera con una anotación que cada vez perdía más sentido.

Aquel día anochecí cansado de lidiar y me aburrí de tratar de conocerte, todo quedó en un pequeño escrito con una anotación como para no olvidar, debí de haber dibujado tus formas en el mismo para que la referencia fuera más fuerte, con un lápiz verde para recordar tus ojos, y lo lisito de tu piel, que sólo había sentido momentáneamente cuando te sentaste junto a mí y me volvías loco.

No creo que hubieras llegado a mí de casualidad pues todo parecía muy ensayado, al principio me sentía bien con lo dulce de tu voz como recriminando despacio y casi sin sentirlo, mí ausencia, nadie parecía prestarnos atención, claro que era un lugar sin puertas y el frío era apenas soportable, pero yo me sentía en un lugar lejano, distante.

-¿Qué quieres hacer?
-¿Qué crees tú?
No fueron necesarias más palabras, acaso sólo era una advertencia que presagiaba toda la tormenta que burbujeaba en tu interior, para empezar con las confesiones y terminar con las mentiras que poco a poco nos unieron y terminaron por separarnos, al fin ya imaginas como me enoja como manejas mí voluntad, como quieres manejar la vida y que todo gire a tu alrededor.

Cuando alcancé la mitad del camino tú ya estabas desesperada
-Te deseo mucho
Pero uno no elige los momentos, ni es razonable, solo fue un sexo jadeante, rápido y casi sin sentido del que recuerdo la humedad y como se resbalaban mis yemas entre tu piel suave, tus ojos grandes, abiertos y pidiendo más, no hubo después y todo lo quedó fue el papel con un número de un teléfono que no contesta, el incontenible tráfico de deseos y recuerdos en mí mente, siempre tratando de recordar tu nombre.

20060721

Ahí estabas, en una fotografía, Ximena, una mala toma hecha a propósito, que sólo enseñaba un tercio de rostro y los mechones al viento de lo que ¿Es? tu cabellera, en la pantalla sólo se adivinaban tu edad y no era el espejo en que te quería ver junto a mi, me había sentado con el teclado cuando de repente me veía flotando junto a ti, o quizá sólo nos rozamos, o sólo nos conocíamos en la sensación calida de tener algo real junto a ti, cuando en verdad, no sabes que está muriendo dentro de ti.

Todo este escrito está sobre la piel de un muerto, que ausente se vuelve el amante enfermizo que se quedan plasmado con modorra en las páginas de escritos que son vivencias anómalas, que prefiero no analizar en la vida alterna en que me sumerjo mientras pasan junto a mí imágenes en que no quiero examinarme, y se van diluyendo en escritos que idealizan recuerdos en proyecciones y fantasías en que parte es memoria, parte experiencia o espejismos, pero todo puede haber sido real.

Aun estaba esperando mí mente una interrupción para volver a empezar, para tener un pretexto para retroceder e idealizarte, volverte más intangible e incorpórea cada vez, pero no, sólo me dio tiempo de tomar mis llaves, bajé y recordé que no tenía donde verte, ahí me acordé que no sabía a ciencia cierta como eras. Si la cita era en un café, ¿Cómo saber en cual café?, En el calido y amigable de la esquina de mí casa o en el cyber y por la red en el que me platicabas que escribías por ratos, o en cualquier otro que no viene al caso.

Y si llegaba yo antes que tú ¿Cómo sabrías quien y como soy? ¿Me hablarías o sólo pasarías de largo? Caminaba solo, con la mente colgada a las imágenes de los aparadores en que me reflejaba a veces y volteando de reojo, me veía acompañado por alguien más que mí sombra, tú, con unos pantalones horribles que escondían tus piernas largas, ¿O no tenías?, no alcanzaban a tocar el suelo, mientras te apoyabas de mí brazo y flotabas ahí fluida entre mis dedos.

Te vi, toda, volátil y etérea, sobrehumana y sublime. El reloj transcurrió y pasó poco a poco los limites de mí calle se normalizan y empieza a tomar sentido a donde voy.

Nadie me escuchaba tararear esa canción que tenía pegada entre mis labios desde que me levanté, y procedí a recomponerla como siempre lo hago, la reinventé hasta que perdió sentido y se convirtió en un diálogo interno en el que te cuestionaba dentro de mí mente, pues fuera de ella, llegue a la conclusión de que no existes, eres una secuencia de letras en una mente ávida de experiencias que esperan la noche para ser reales.

¿Que tan seguro es amarte?, ¡Es muy seguro! no quedan resquicios para adivinar, ¿O si? La primera vez, tal vez, ahora es costumbre ver fotos en las tardes, ahora que mi tiempo es otro y las noches son desiertas.

20060715

Éramos un dos de nadie ¿Qué es la compasión sin tantito odio?, probablemente solo cariño haciendo énfasis en no querer ser algo mas que una patética sonrisa de gracias. Ahí, después de un largo mutis, se dejo caer en silencio sobre sus prejuicios para descubrirse agónica, claramente estaba en su fase afásica, en la que no es buena para quererla, pero si para ambicionarla. Esa belleza tenue de lo inalcanzable, su sonrisa del momento que no se deja descubrir y lo que más me impresiona es lo tétrica que puede ser esa ausencia aséptica y depurada que me gusta tanto, ese gusto amargo que tengo por la ponzoña y sus aletargamientos previos a tenerla antes de transgredir mi alma. Nadie, nadie en el mundo está tan dispuesto como yo.

20060713

Tengo una asidua (porque no encuentro otra palabra) que le tiene miedo a morir, y no es por desaparecer, es porque no se atreve a imaginar la simultaneidad de dejar su cuerpo sin dejar de ser ella. Está muy contenta consigo misma, coincide con todos sus puntos de vista y la halaga tenerse de compañía en este lugar. Sin embargo, sabe que ella está aquí pero vive su alma en otro lugar. Aquí tiene el sexo, las experiencias compartidas conmigo y en otro lugar, como por arte de magia, descansa su mente y alma cuando se sorprende ella misma en un ensimismamiento que la asusta, entonces sabe que ella, ella misma es la que existe.
El miedo es descubrir donde quedara su sexo cuando muera, si es ella misma allá ¿Cómo sentirse una conmigo cuando sucumba a otra existencia? ¿Dónde quedara el amor tan incompleto que llevamos?
Se confiesa incapaz de entregarse porque no lo sabe, ni siquiera está de acuerdo con que el amor sea algo más que unir dos cuerpos complementados en uno, sudando copiosamente, y se pregunta sin haber terminado ninguno de los dos:
-Si somos dos en uno solo ¿En la muerte te voy a tener alrededor mío todo el tiempo? , ¿Qué tan eterna será la otra vida?
Es como una fobia por entregarse y atreverse a ser ella mismo conmigo, porque la asusto, la pongo nerviosa cuando le leo el pensamiento y se en que piensa y porqué.
De repente le llega una melodía que le provoca ponerse a tararear bajito y dejarse llevar por la música
-Está música me lleva al pasado, ¿O al futuro?
Y no sabe si las vibraciones de esa armonía la empiezan a transportar a otro lado que de lejano… lo lleva dentro, muy dentro.
Y así, discrepa consigo misma si esta aquí o vive allá y solo se siente prestada en esta vida tan llena de aciertos y desconciertos para prepararse a dejar de ser nosotros… una palabra que nunca terminó de asimilar.
A final de cuentas para ella, decir adiós, pues, no es morir un poco, es terminar de crecer, es un sueño eterno donde solo ella importa y solo existe lo que ella misma se inventa.

20060706

Solo son ganas de deshacerme lentamente frente a ella, el sexo es una manera perfecta para dejarme llevar y es la razón para el amor carnal que tanto finiquita en palabras cuando termina el quehacer. Las voces a la nada, sublime música en hallazgo de fantasías que se dejan caer sobre mis oídos, en mi piel y se escurren entre mis dedos. Y es justo esa vibración la que rompe el cristal que guarda tus deseos, mis caricias armoniosas con tu música empalagosa, como caricias de tarde en la playa. El lamento que se deja caer en el silencio rastrero de los besos sabor mandarina mientras todo el día pienso en una frase que se hace grande, como burbuja que crece hasta que explota efímera y no queda nada, nada, solo esta soledad leal a mi silencio. Ya te estoy echando de menos y aún te tengo a la vista. ¿Quién manda? Yo con mis miserias para solamente conquistarte o tu majestuosa mujer que me dejas acceder a tu médula entre las visiones en que entrevero un ser magnifico sin atreverme a entregarme.

20060705

¿Ingenuidad candorosa? ¿La osada imprudencia de la ignorancia? O es otra la palabra la que me califica…. Coglioni, esa que tanto te gustaba usar. En una casa de más de cien años en el frío del invierno, llena de aromas, se encuentra tu cuerpo junto al olor del pan recién hecho, el de la tierra mojada en la huerta y las flores del pasillo, tu alma vive en un departamento de solo cuarenta metros y ni siquiera un kilómetro de distancia, en el que ni siquiera encierra una cama matrimonial, y solo lo iluminan tus ojos acerados y esa sonrisa de vez en mes. Pero aun así no es un lugar tan terrible, quizás un poco cruel y aséptico, pero el mundo es cruel, la vida es cruel y tú en si eres inficionadamente atroz con mis sufrimientos y te mueves para infectarme y hacerme daño ferozmente.

Es inútil evitar tu castigo, está en tu naturaleza hacerme sufrir, lo sabes y lo disfrutas. Simplemente estás en el momento justo y con el poder suficiente para dejar caer el peso de tu cuerpo sobre mí. Yo que soy masoquista, me gusta sufrir y me ufano, termino por disfrutar el cuchitril en que me posees, ¿O te poseo? ¡Bueno tú me tienes y yo te poseo! Y eso me retroalimenta para seguir esperando tus entregas mensuales.

Mi último deseo es dejar la pequeña guarida y dejarme caer en el llano eterno de tu piel, para recorrerla de arriba abajo, sin disimular mi sed por la leche del centro de tu cuerpo, y estar como vivo, deslumbrado por tus ojos grises en la ventaja de no morirme.

-¿Aun quieres hacerlo?
-No lo sé
Te respondí, mientras, miraba tu falda plisada, con esa inextinguible mirada que extrañaba de tu sensualidad todo lo hoy oculto, entre los pliegues de la tela y lo tan bruscamente olvidado al miedo. Nunca me gusto la navidad y sus regalos, pero estas fiestas fueron diferentes.

20060701

-¿Aun quieres hacerlo?
-No lo sé
Le respondí mientras miraba su falda, con esa inextinguible mirada que extrañaba de su sensualidad todo lo hoy oculto, entre los pliegues de la tela y lo tan bruscamente olvidado. Nunca me gusto la navidad y sus regalos, pero estas fiestas fueron diferentes.

20060625

Ella misma se tenía en muy buen concepto mientras aceptaba que se conocía muy bien como para dejarse impresionar por un apendejado en moto
-Yo aquí me bajo
Como si fuera tan fácil acaparar las viejas nostalgias que se entreveran con lo que paso apenas ayer, Dios y el diablo se ponen de acuerdo para hacerme dudar de cómo hace unos días todo era paz y tranquilidad, y era el dueño de mis censuras, mis pecados y todas mis alegrías, cuando ahora todo son olvidos y deferencias
¿Que le puedo pedir a la vida sino ser razonablemente dichoso? Si ya son dos tratando de hacerse la vida de cuadritos, ¿Por qué no tres? Si fue un triangulo convivencial que me gustó, algo directo y sin tapujos que no dejara duda: Te quiero demasiado para perderte, pero acaso… ¿Soy tan imprescindible? ó solo soy quien procesa la basura del traspatio.
La última vez que la vi era un abril y tenía los labios bruñidos con besos nocturnos, que ahora no recuerdo que fuera fácil para mi olvidarlos, después, en esto me convertí: Un despojo viviendo entre recuerdos de besos fugaces y hasta inexistentes

20060620

De alguna manera así era ella, era ella, cuando la conocí, turbadora y encantadora me conmovió ver que era conmovedoramente asertiva para convencerme, dulce y complaciente:
-Mira, los dos relojes marcan la misma hora
Y no supe interpretarlo cuando ahora la lujuria deja de obsesionarme, mientras busco rastros tuyos en la almohada, en el lluvia que cae en la ducha y me impregno de tu jabón olvidado al tiempo y que uso solo ocasionalmente cuando más te extraño. Ahora me compré una lápida y hasta escogí un bonito epitafio para ponerlo muy a la vista, mucho muy a la vista, para cuando lo vea desde fuera de mi cuerpo. Ya no puedo esperar a que te duermas para observarte.-¿Debo fingir que duermo?- se leía sobre la lápida, y salí a caminar para fingir que olvidaba mientras vomitaba en la acera mis recuerdos, destrozándolos con la mirada para despedirme, siempre el mismo andar a ningún lado.

Emasculabas mis placeres sin dejarme sentir siquiera tu presencia en la media sonrisa que me dedicabas para solucionar mis problemas y esa noche bien valía un bis, pero no, mi clinomania no ganó¿Quién soy yo?, el que está sentado escribiendo o la mente abstracta que sueña y desea escapar de su cuerpo para ser etérea, ¡Que difícil ubicarme en las limitaciones de un cuerpo material y que fácil disgregarse para decir que no soy responsable de mis actos!

¿Hay un punto en el que me vea como un alma, y esta existiría etérea y eterna? No es fácil, no es nada fácil. En fin, mejor sigo viviendo mientras lo averiguo.


¿Debo fingir que duermo?
-Déjame recado, siempre me los dan en casa
-Si claro, me pongo en contacto contigo…
Ya sabrás como me interesa hablar contigo, ya ni le pongas ganas a buscarme, y eso me lo dices a mi, que me gusta ser practico y tu que requieres regalos inútiles, eso si de buen gusto y de preferencia en una caja mas cara que lo que contenga, para que con suerte te emocione más abrirlo que usarlo, por eso soy entre sincero y misterioso. Llovía y las gotas escurrían como lagrimas en su cara
-¡Sandra!
Y mientras me saludaba, temblaba, yo pensé que por el frío.
¿Estas describiendo mi vida? O solo quieres pagar alguna cuenta pendiente que cargas en la conciencia para disuadirme de salir, a final de cuentas reza por no convertirte en tu peor enemigo, ya no entiendes y yo no hablo lo suficientemente claro como para contarte una historia que no quieres escuchar.

Ya se que tu problema es que te tomas demasiado en serio a ti misma y esperas que yo haga lo mismo (¿Con mi mismo o con tu mismo?), y no, no me puedo tomar en firme lo que soy y menos lo que me consideras. Cuando me pides un reto yo te sugiero correr un kilómetro leyendo un libro y tú prefieres sexo un par de horas.

No puedo decir que haya sido como la noche llena de sombras y estrellas, quizás solo un lucero fugaz que no alcance a ver completa, esto es algo que ya nadie ve, pero yo si las he visto alguna ves, efímeras en el horizonte, mientras manejaba mi motocicleta sin casco para ver el cielo. Pasó frente a mí, me quedé sorprendido, ¡Ahí y a esas horas! y para cuando la quise saborear… ya no estaba. Cambie las sabanas y me preparé a dormir
¡La muy cabrona se quedo con todo lo bueno de nuestra relación!

20060616

Abrí la puerta ahí estaba, toda la noche le llovió, solitario al centro del patio, las gotas sobre el cofre lo hacían ver como si transpirara, parecía nervioso mientras me acercaba a limpiar la humedad que tenía encima, pero si, estaba solo ¿De donde venía esa música? Empecé a hablar solo, para acompañarme mientras penetraba en sus intimidades y dejar de sentir miedo. El cuero del asiento estaba más frío que de costumbre Giré el encendido y nada, ni siquiera un lejano clic que indicara vida en el motor o una pequeña luz en el tablero que iluminara la noche, toqué el claxon y esperé alguna respuesta… nada.

Permanezco sentado unos momentos, casi en el paroxismo de la histeria, que extraña sensación en el fresco del amanecer, sentado esperando que algo sucediera y siento como la música a muy bajo volumen se desprende de los altoparlantes del radio que se quedó prendido toda la noche… ni que hacer, -batería baja-

En el otro extremo del patio, cubierta con su lona, la motocicleta está esperando como caballo pura sangre nervioso. Volteo y la miro de refilón, un reflejo del cromo me ciega, la temporada de lluvias la ha tenido relegada a una esquina pero hoy, si hoy, es nuestro día. La destapo y está gloriosa esperando el toque para arrancar al primer intento y llevarme a disfrutar del asfalto.

20060613

Yacías enfrente de mí, abierta como un camino. Yo siguiendo las luces melancólicas del alba a los costados, no se si huyo o me acerco, no entiendo que al final soy yo mismo el destino y la nostalgia, el viento me trae tu olor, dulce y complaciente, mientras me deslizo dentro de ti, resbalando por tus cabellos.

"Vanidad de vanidades, todo es vanidad y atrapar vientos", ec 1,2

20060611

Mercedes


Mercedes, con la vista fija en mí pero cuidando que nadie nos viera en la escalera, se había adelantado un escalón cuando me detuvo, y así, con ese peldaño de diferencia a su favor, con solo la mirada me llevo a conocer sus labios, el interior de su ser y los secretos debajo de su ropa. Después, mucho después, aunque solo hayan sido cinco minutos, se separó lentamente, puso su cándida mano sobre mi frente y la deslizo hasta mis labios y dejó de hacer cualquier ruido por mucho tiempo mientras me miraba pidiendo silencio.

Alguien pasó junto y solo simulamos ser dos amigos platicando algo intrascendente. Pero alcanzamos a escuchar
-No creo que duren-
Y creo que esa fue la razón de su permanencia
Ella era una gozadora, un templo viviente del placer que se traducía en pequeñas convulsiones mientras la tocaba y sentía como se desvanecía su desasosiego en oleadas de ansia satisfecha. Mínima y hinchada se dejaba caer en mí para perderse a los abrazos destinada a abandonarse entre mis labios. Estáticas caricias interiores se abandonaban en sublimes delicias dejadas al tiempo. No me lo dijo inmediatamente, se dio su tiempo para pensarlo, pero al final… me lo pidió

20060608

A escondidas y en silencio


Ahora creo en el paraíso y los campos floridos, antes… en las ventanas
-¿Y a poco eso es posible?
-Si tu no lo sabes, yo menos
-Mira, está en la cama… estoy como mantequilla
-Es algo rara ¿Sabrá que la espiamos?
Claro que sabía que la observábamos desde la ventana del departamento vació de enfrente, claro que sabía que apenas veíamos que se metía a su casa, Beto y yo nos metíamos a la casa vacía de enfrente para fumar y espiarla como buenos chamacos de secundaria, y Gina, además de bonita era metódica, las primeras veces solo se sentaba en su escritorio y fingía estudiar, hasta que se levantaba, alzaba los brazos como para estirarse, se quedaba viendo la ventana, cerraba la cortina y apagaba la luz.

La semana siguiente nos regalo con ver como se quitaba el suéter para nuestro deleite, una después casi se animó a ponerse la pijama enfrente de nosotros, casi, casi porque apago la luz y no vimos nada ¡Pero, como lo imaginamos y disfrutamos a obscuras! Y nosotros, por poco nos volvemos locos mientras ella nos triangulaba en el espejo de su tocador y disimuladamente nos observaba, riendo de nosotros.

Tenía bonito cuerpo, había crecido antes que nosotros, ya no era la niña que compartía la bicicleta y las canicas con nosotros, empezó por enseñarnos que tenía faldas, no las de la escuela, de esas que se usaban en los setentas y eran como para ponerle un monumento al güerito ingles que inventó la mini, hasta una vez se subió a la bici con la roja tableada, mmmm, era una cabrona con sonrisa mustia y piernas largas, ahora lo sé y lo disfruto.

Cuando esa tarde no salió a jugar Beto, me metí solito a fumar al departamento vacío, Gina, lo sabía, y ahí fue cuando aprovecho para mostrarme sus pechos redondos y pequeños por única ocasión, se paró de su escritorio como si cualquier cosa, puso en el tocadiscos a Barry White y se situó a bailar sensualmente enfrente de la ventana para buscarse en el reflejo y empezar a tocarse como yo no sabía que fuera posible, para cuando cayó el corpiño y terminó de desnudarse, yo ya sabía que venía después de las erecciones, ¡No me dio tiempo ni de tocarme! tenía algo que enseñarme y me lo mostró perfectamente. Esa noche ella durmió desnuda y con las cortinas abiertas para deleite mío y yo… no dormí, era una noche calurosa y yo esperé muchas horas hasta que el calor venció la sábana .

-Hay, ¡No mames! Apoco me lo perdí
-¡Que te digo que si!
Nunca me lo creyó el buen Beto, pero ni modo, fue la última vez que las cortinas se abrieron en la noche, yo era el efectivo pero ni maiz paloma, se hizo novia del cuate de prepa que era como tres años mayor que nosotros y… ni pedo ¿Tanto trabajo para verse reconocida? Y al final solo se quedaba en una sonrisa velada cuando pasábamos uno enfrente del otro, en una vecindad que tiene… historia, en una ocasión hasta empezamos a platicar, puso su mano sobre mi hombro y me quede mudo viéndole sus torneadas piernas, bien calladito el cobarde de Manuel.

Algo quedó claro, estaba guapísima para mí, solo para mí. Bueno al final… las patologías se atraen.

20060603

-¿La dosis?
-Cuarenta gotas en un vaso con agua, depositadas, una a una, con añoranza
-¿Estas segura?
-Como que estoy viva aún, es muy amargo, esta endulzado con jazmín
-¿Cuánto tiempo durará?
-Unas doce horas, será tiempo suficiente, creo que lo voy a probar
Yazmín era siempre era lo que tú querías ser, un pulso lastimado de lo que deseas para ti mientras no se dejaba llegar por la sugestión, por esa fiebre que la apasiona de sus sueños, pero siempre en paz
-No te lo puedo decir, puedo tratar de expresarte que siento, pero las palabras no describen ese sentimiento, es magia, es algo distinto a las palabras o la escritura. No soy yo misma, soy algo que pasa, un soplo en esta existencia efímera, como la punta de una flama que sondea la madera buscando el carbón con un sentimiento sublime de serenidad

-Y entonces ¿Qué hago yo?
-Duérmete conmigo y tómame de la mano al final del sueño, cuando me veas intranquila. Quiero que sientas como se coagulan las historias en la noche sin dejar que yo te las platique, ¡Quiero que las vivas!
-Sigues convencida que así te libraras de eso
-No, no me quiero librar, quiero compartirlo contigo, quiero que veas como deambulan alrededor y me ayudes a entenderlas, que veas como se solidifica el tiempo y se vuelve gelatina de colores tu existencia
Fue un viaje al fondo de la noche, la preparación valió la pena, por buen rato nos concentramos en dejar la mente en blanco, me tomó la mano y me sacó a bailar en silencio, casi una hora de tenerla cerca y sentir como poco a poco se bajaba de nivel hasta que se dejó querer, muy de a poquitos, muy en silencio. No quiso comer nada, me llamó a la cama de nuevo y preparó su vaso de agua, me miró a los ojos
-No me dejes sola, te lo pido por favor, pase lo que pase quédate conmigo, cuídame mucho
-No te preocupes, pero dímelo de nuevo ¿Estas bien segura?
-Si

Fue la última vez que la vi atenta y cuerda esa noche, se dejó caer completita en un trance, su cara se volvió un caramelo de tranquilidad y, poco a poco se fue alejando de la realidad, su cara empezó a pasar por todos los tonos del amanecer hasta que no aguanté mas, me quedé dormido a su lado mientras ella permanecía sentada sobre su almohada en un estado de semi-inconciencia que me inspiró confianza.

Desperté cuando sentí que me apretaba la mano, era el amanecer, Yazmín no había dormido nada aun, estaba como llamándome en una extraña mezcolanza de ruidos guturales que me llevaron a tratar de obligarla a tomar algo de agua y despertarla, pero era inútil, rehuyó el agua y no despertó, estaba perfectamente adormilada y desguanzada, totalmente inabarcable y solo la volví a tomar de la mano para seguir soñando con ella, alrededor de ella, a través de ella en un sueño en que solo adiviné colores y formas que efectivamente, nunca pude describir, pero me bastaba ver la placidez de sus ojos y la tensión de su cuerpo para adivinarlo. Al día siguiente nos dio el mediodía en la cama cuando despertó sudorosa y muerta de sed y hambre

-¿Lo viste? ¡Entró la luz en mí!, valió la pena, que maravilla
-Si, si lo presentí, porque no puedo decir que lo vi, solo vi tus ojos maravillados llenos de luz
-Es increíble la naturaleza ¡Y todo con cuarenta gotas del jugo del cactus de la entrada de casa de la abuela!
Se levantó, vi como se le revolvía el estomago y me pidió algo para desayunar. Nunca fuimos los mismos.

20060531

Sentado en un café, solitario, rodeado de prójimos que no conoce, se queda viendo el fondo de la taza y se susurra a si mismo:
-Gané, gané
Solo para quedarse meditabundo inmediatamente
-Tengo tu cuerpo pero no mi alma, perdí tu respeto, mi dignidad, mi manera de ser: pero eso si, gané, gané… y es algo que me hace sentir bien. Bueno, es cierto, al final, nos podríamos haber salvado los dos si hubiésemos dejado todo en la fantasía y simulando que fue cierto mientras el tiempo… pasaba y nos sosegábamos. Si ya te tenía ¿Para qué te tomé?
Toma el último trago de café y sale de la cafetería arrastrando su sombra, no tiene ninguna gana de llegar a su cita.

20060527

Y…

Estaba ensimismada, recostada sobre la cama, cara bonita y cuerpo incitante. El silencio se rompió contundente cuando entré y me dijo (Mirando al techo):
-Hay cosas que puedo hacer en automático, no necesito pensarlas (Poniendo cara de aburrimiento), ¿Que te parece?
-Exacto, para eso son los domingos, para descansar y no pensar
Y es como el paraíso de un festivo en la mañana viendo la televisión, con ese sopor que no te deja pensar más que en un café caliente y esperas algo demencial para dejar tu cuchitril por gusto. Pero no, empiezas por acercarte al baño a dejar tus humores y terminas bañado y en calzones, te vistes y listo para salir, hay un momento en que lo piensas y otro en el que ya estas con un pie en la calle

No recuerdo, pero creo que mi peor castigo fue soportar salir a la calle, ver todo igual y que me diera el sol en la cara. Me quede ciego un rato mientras pasaba la vida junto a mí y veía como ella no sabía que hacer con la suya
¿Qué paso? Pues ya está entre ceja y ceja, no soporto, y no porque tenga algo en especial contra el manoseo, pero tengo una tirria visceral a las confesiones oportunistas, sencillamente, no las aguanto. Cuando antes eran hasta ingenuas, pero, así se empieza
-Ya voy a dejar de fumar, nada mas me termino esta cajetilla
Que de seguro es mágica porque… aun fuma. Y ahora son casi bulas dogmáticas y algo, algo tienen
-Bueno, ahora estoy teniendo experiencias sexuales nuevas con una amiga, experimentando, tú sabes
Y yo con cara de ¿Juat?, y la patética afirmación
-Tengo la firme inquietud de saber como se vive en un convento… ¿No sabes si aun admiten novicias con las Carmelitas?... es el habito que más va con mi carácter
O quizás aquella de
-No pude empezar mi dieta, este finde, tengo la boda de una amiga y me pidió que la acompañara, ¡Está taaaan contenta que la tienes que ver!


Bien se que ni es lesbiana, ni tiene la mas mínima intención de entregarse a un señor que no sea terrenal y que las dietas las empieza con la luna llena, para terminarlas de camino a su casa con la puesta del sol… esa misma tarde.
Bueno, es demasiado buena para ser más perniciosa y encima me acorrala con preguntas que no tienen respuesta, bueno, si la tienen pera supongo que la intuye
-No te preocupes, estoy bien… ¿Todavía estas ahí?
-¿En que momento dejé de ser mujer, para convertirme en madre?
-Cuando pariste neblina en lugar de lluvia
Tomó mi mano para depositarla suavemente sobre su pecho y empezar a guiarla hacia abajo, hasta donde quería que llegara, se quito los prejuicios y me ayudo a terminar más rápido. Mientras yo me preguntaba ¿Que tiene que ver la maternidad con esto? ¡Solo es un toque tosco! ¿O solo es que no se puede expresar claramente? Siempre dos historias que se unen para un… un qué, al final no entiendo que pasa por una cabeza como la suya, que encima cada vez es de un cursi que lo hace insoportable, y lo peor es que me gusta esa paranoia… porque puede ser que yo también lo sea un poco. Apreté los puños, cerré los ojos y pensé seriamente convertirme a Mahoma

-¡Cuánto tiempo!
Tomo entre sus dedos mi cuerpo, y lo exploró como quien estrena un juguete en navidad, acarició mi sexo como pidiéndole que no se fuera y fue todo. Lo susurro en mi oído, en un tono entre de reproche y coraje, como si yo tuviese la culpa. Después dijo muchas veces que si, todas en ingles y se quedó dormida sobre mi pecho, yo le susurre entre arrumacos muchas veces que no despertara, pero no, al día siguiente se había desvanecido.
-Somos lo que somos y no creo en los cambios
Y se llevó mis dudas

En ella cupieron muchas horas de angustia y un par de soplos de placer que se desvanecieron al día siguiente, en fin fue algo bueno y se acabo.

Ingenuidad, falta de estrategia, en fin, para hacer algo se necesita un poco mas que buenas intenciones y al final hace falta muy poco para ser feliz… pero que difícil es conseguirlo.¡Y que otra cosa nos motiva, sino nuestras creaciones, toman vida y son nosotros mismos!

20060524

Michelle despierta, Michelle está desnuda sobre la cama con su piel blanca que queda totalmente sudada, resbalosa, se siente incomoda con la situación y procura no mirarme, mientras, trata de tomar aire y siente su aliento pegajoso, denso, se estira en la cama para alcanzar un vaso de agua. Su brazo se alarga y yo siento llegar ese aroma a ella tan profundo, tan de ella, que se queda impregnado profundamente después de estar conmigo y permanece por mucho tiempo entre las sabanas, en mi nariz, en toda la habitación.

Y así, pegajosa, pegada a mi, recuerdo como la vi decaer lentamente, al principio fueron pequeños detalles en su manera de ser y en su vestido, después no se que era más desesperante, si sobrellevar sus manías o renunciar a ella. Claro en el fondo siempre queda algo de amistad tardía de la que no me quiero desprender y de repente…ya había terminado conmigo
-Estás empapada ¿Que estabas soñando?
-De repente amaneces y eres otra, una infanta que tiene un reino muy a su disgusto, te influye el lujo que tienes alrededor y empiezas a olisquear las cosas… como si la vida no te mereciera empiezas a tener antojos recurrentes de cosas que no te gustan, las pruebas y te quedas con un hambre muy elegante, siempre tan pulcra y cuidada. Y esa sensación de angustia, de espera, de que el tiempo no transcurre…
La trato de abrazar y no se deja
-Como siempre, estas tratando de envolverme Manuelito

En lugar de momentos memorables, siempre dejaba sueltos pequeños instantes de último momento, de sentimientos confusos y tan desagradables como angustias pendientes de lavar cuando ella era tan local como parisina en los Champs-Elisée disfrazada como la femme fatale que despertaba con calambres en los pies y no con alguien pegado a su espalda sudando como siempre quisiera. Bueno en fin solo sabe hablar y de escuchar ideas que parecen geniales que se evaporan tan pronto salen de sus labios, pues nada. De ella solo aprendí a hacer hielo con rutinaria precisión.

Hasta que un día, a fuerza de condescender, me doy cuenta de que yo soy quien está a punto de colapsar como engaño que se quema y explota antes de tiempo robándole tiempo al tiempo. Al final, Michelle ni es original, ni le gustan las sorpresas.

Siete en punto, se levanta y la veo entrar a la regadera, me llama para que la acompañe y procede a limpiarme de a poquitos abajo del chorro, al principio con la lengua y después con jabón, todo el cuerpo, en un ritual largo en que me envuelve delicadamente y me asea escrupulosamente, como queriendo deshacerme de cualquier recuerdo. Me deja salir y empieza su rito personal, la veo limpiarse cuidadosamente por mucho tiempo, todo el cuerpo, de arriba hacia abajo sus resbaladizos dedos entran y salen de todos sus orificios y pasan por cada una de sus curvas, la envuelve el jabón repetidamente y veo como hace espuma, una y otra vez hasta que comprueba redundantemente que solo es jabón lo que queda, para terminar por enjuagarse con agua fría y caliente alternadamente varias veces, sale descalza cuidadosamente, pisando solo sobre las toallas húmedas y se queda parada observándose escrupulosa en el espejo, se cepilla los dientes con minucia hasta que checa que su aliento sea estéril por ultima vez, lanzando vaho sobre el cristal y observándolo como desaparece.

Toda ella se mira complacida finalmente y usa todas las toallas que quedan para terminar de restregarse con firmeza el cuerpo, todos sus lugares, hasta los mas inverosímiles, en un neurótico ritual de limpieza para después, pasar a peinarse y maquillarse por un buen rato y súbitamente pedirme que salgamos, en silencio y casi sumisa
-¿Sil vous plaît?-
Solo por unos minutos mientras llegamos a su casa, la dejo, se despide fríamente y me dirijo a una cafetería para pedir algo caliente y cargado. Tomo la taza y compruebo que afortunadamente, no pudo lavar de mí su recuerdo, ni lo delicioso del aroma que guardo entre el índice y pulgar como tesoro pueril, que de cuando en cuando, huelo entre mis dedos mientras pasa el tiempo y la recuerdo.

Archivo del Blog