20060625

Ella misma se tenía en muy buen concepto mientras aceptaba que se conocía muy bien como para dejarse impresionar por un apendejado en moto
-Yo aquí me bajo
Como si fuera tan fácil acaparar las viejas nostalgias que se entreveran con lo que paso apenas ayer, Dios y el diablo se ponen de acuerdo para hacerme dudar de cómo hace unos días todo era paz y tranquilidad, y era el dueño de mis censuras, mis pecados y todas mis alegrías, cuando ahora todo son olvidos y deferencias
¿Que le puedo pedir a la vida sino ser razonablemente dichoso? Si ya son dos tratando de hacerse la vida de cuadritos, ¿Por qué no tres? Si fue un triangulo convivencial que me gustó, algo directo y sin tapujos que no dejara duda: Te quiero demasiado para perderte, pero acaso… ¿Soy tan imprescindible? ó solo soy quien procesa la basura del traspatio.
La última vez que la vi era un abril y tenía los labios bruñidos con besos nocturnos, que ahora no recuerdo que fuera fácil para mi olvidarlos, después, en esto me convertí: Un despojo viviendo entre recuerdos de besos fugaces y hasta inexistentes

6 comentarios:

polvo de estrella dijo...

Que porcentaje de importancia tenemos las mujeres en tu mundo? con la idea de que eres un idealista consumado y que has preservado tu sensatez te felicito. grato como siempre visitarte.

Aristóteles dijo...

Lo bueno que ella se quiere a si misma. Por otra parte,... mmm... Creo que la vida vida de pareja es para facilitarle la vida al otro,... ¡Ups! ¡Maldita infidelidad! Déja que ella se vaya, total, ¿Que le puedo pedir a la vida sino ser razonablemente dichoso?

¡Soy imprescindible!

Indio Cacama dijo...

Como si fuera tan fácil acaparar las viejas

¿Ni con moto?

Marcela Mendoza R. dijo...

dicha con o sin razón, aún a pesar del dolor...

Gatito viejo dijo...

Todos queremos ser imprescindibles para alguien, esa es la pura verdad, ahora conseguirlo es ya otra historia. Saludos

nacho dijo...

Nos percatamos lentamente de que nadie es imprescindible pero guardamos el secreto, como una noticia efímera, como un consuelo absurdo. En unos siglos nadie recordará nuestras angustias.
Un abrazo.... nacho mondaca.

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