Como deseo ser poseedor del destino y manejarlo a capricho, pero... pues no es así, el mío más que suelto, se me hace que está disperso en una sucesión de hechos que parece pierden continuidad entre el tiempo, paseándose inocentemente y aparentemente sin consecuencia entre lo real y mi fantasía de mi ingenuidad. ¡La ingenuidad! Quien como yo, no muere cautivado por vivir, y cuantas cosas tenemos que creemos que están simplemente aquí y no, son fruto de una gran pasión y mucho trabajo.
Plagié los conceptos de lo que tú me planteabas para dejar desfilar las ideas sin forma, para que se asentaran en mi boca mientras nos enamorábamos ofendiéndonos mutuamente. No se podía decir que fuese una tragedia. A final de cuentas en una disimulo encajaba mucho mejor su desventura, a último se me acuso de sobrevivir, eso, era inaceptablemente inteligente pero falso. Solo descubrí que era irreal y falsa su conjetura de la realidad, la verdad es dolorosamente cruda y se estaba deshilachando en tu mente mientras intuía la realidad, pero al final llegué a la conclusión que no podía ser cierto.
Estaba el frío en su mejor momento, el agua en la fuente, perezosa se quedaba escurriendo entre los cucuruchos de hielo mientras avanzaba el sol y no se animaba al deshielo completo y, ya lo sé, para mí está claro, claro que te quiero, pero algunas veces quisiera mi vida de regreso en la velocidad, encontrar otra vez una metáfora que me enseñe mi yo, entenderte concibiendo a los demás es toda una odisea, es casi como analizarte en un diván contra la pared y a obscuras. ¿Estás describiendo mi vida? O solo quieres pagar alguna cuenta pendiente que arbitrariamente llevas en la conciencia para disuadirme de salir hacia ningún lado.
A final de cuentas reza por no convertirte en tu peor enemigo, ya no entiendes y yo no hablo lo suficientemente claro como para contarte una historia que no quieres escuchar. Yo ya sé que tu problema: es que te tomas demasiado en serio a ti misma y esperas que yo haga lo mismo. Y no, no me puedo tomar por sentado lo que soy y menos lo que me consideras. Cuando me pides un reto yo te sugiero una escapada en la autopista a todo gas y tú quieres amor un par de horas sin contaminar y entre la tibieza de las sabanas.
Estambul