20080118

Por el amor de Dios, ¡si todo olvido es un rechazo!

Qué difícil es habitar en otro yo, estar dentro de él y dejarse caer con pertinaz pertinencia dentro de ti como si fuera otro, es como una reflexión sobre el silencio, es como cocinar para que te quieran y escribir para que te envidien sin remedio. Porque lo que garrapateas se grava en la memoria y solo se olvida en el discreto encanto de ser para perderse en los resquicios diminutos del consiente para solo abrirse de noche y con miedo agravando el insomnio. Sientes que te enamoras y dejas caer la tarde y lo que le sigue en inmensas horas que no dicen nada nuevo, solo reafirman lo que imaginas que hiciste con la vida y te devuelve historias completas y con un final en que pasan cosas… simplemente transcurren. Cosas como enamorarse y morir, o quizás olvidar y nacer de nuevo demuestran que ser listo es muy diferente a ser inteligente porque siempre en el fondo esta un fracaso y el miedo que persiste mientras se deja caer desparramado en la memoria para intentar borrarla. ¿Qué trato de olvidar? En fin… ya no me acuerdo, se me desgastó la conciencia.

4 comentarios:

Indio Cacama dijo...

Qué difícil es habitar en otro
a ver ¿qué onda? ¿estás hablando de transexualismo? ¿eso de una mujer atrapada en un cuerpo de hombre o qué?

Yayo Salva dijo...

Hasta el olvido puede olvidarse. ¿En qué consiste el ejercicio lúdico de recordar? Quizás para que ese "transcurrir" se transforme en metáfora.

Isabel Barceló Chico dijo...

Es duro no reconocerse a uno mismo, habitar en un extraño, como sugieres. Y también es duro que las cosas únicamente transcurran, como ajenas y sin valor. Una reflexión muy seria. Besos, querido amigo.

Viv. dijo...

Creo que ningna historia es completa; al menos las mías no lo son. Siempre quedan puntos suspensivos...

No estoy familiarizada con el lunfardo mexicano; como diría George W. : "No hablo mexicano", -¿chingón?-

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