20070507

Cierra dando un portazo,
-He vuelto-, dijo secamente, evitando mirar a los ojos a su pareja. La cama cruje mientras se sienta entre un desplante de -Es mía- y verla directamente a los ojos para solo pedirle un vaso de agua. La lagartija que se asomaba antes tímidamente en la ventana, ahora se queda observando la escena fijamente. Se hace de aire y de repente movió el cuello como oteando el lugar y dio media vuelta y se fue.
-Es domingo y ya vamos para tres meses
-¡Y lo que falta! ¿Quién dijo que sería fácil?
-Mira, ahora está tranquilo tratar de arreglar las cosas. Pero no siempre será así
-¿Qué escrúpulos te detienen?-
-Todos, mi único quehacer es desesperarme… aunque me mires así.
-Si has vuelto es para darle un sentido a la vida que no lo tiene, revivir el puesto que está al final de la plaza. Estresar mi existencia no es una solución
-Necesitaba olvidarme por un tiempo. Salir en la mañana, regresar en la tarde y olvidar de noche
Todos habíamos salido, uno a uno se fueron del otro lado y sin remedio, pero cada día está más gruesa la migra. El último de apenas ocho años salió con las manos en las bolsas y la mirada perdida sin valor para mirar atrás y nunca se volvió a saber de él.
Cuando lo vio entrar, que contento sintió -¡Me habías prometido no regresar!- su sonrisa era buscada desde hace tiempo entre la promesa de los dólares en efectivo y un poco de temor por tenerlo cerca.

4 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

Parece haber desesperanza en este texto, un fracaso apenas encubierto. Como tantos que experimentamos en la vida. Besos, querido amigo.

Indio Cacama dijo...

Volver es otra forma de llegar, dice la canción.
Y no sé talvez los que no vuelven sean los fracasados...bueno según el plan inical.

Miss Neumann dijo...

LAS PROMESAS NO CUMPLIDAS APESTAN...

Unknown dijo...

Cada cabeza es un emigrante

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