20080508

¿A dónde van a pararse todas las historias deshilachadas y sin fin? Al astrágalo de mi pie y se quedan acompañadas de los calcañarcitos que tarsitos se dejan pisar sobre la suela y el quedar sorprendido me prende mucho el síndrome compartimental que procede al mal paso. ¿Quien dijo que taloneando no se muere? ¿Y a quien le importa si la taba es un albur que se juega con carnicoles o los dados se dejan caer solo hasta que alguien te alcanza y te ultraja el tobillo en el último paso para que el tarso de mis dolores se duela? Así estas palabras agotan su sentido y la historia puede ser contada porque es tan real como mi extremo inferior izquierdo, ¡ahí donde me duele el pinche huesito!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Jejejejeje

perdona que te lo diga pero la la ansia...... la ancianidad.....

Anónimo dijo...

Mi padre solía decirnos que para esos dolores era necesario una sobadita de una mujer virgen.
Que te mejores y me sonrío por tanto verbo para expresarlo.

Un abrazo saludable!

Indio Cacama dijo...

¿A dónde van a pararse todas las historias deshilachadas y sin fin?
¿Sin fin porque no se acaban o sin fin porque no tienen un propósito?

talvez ya sea prudente cambiar la talla del zapato , medio número puede ser un gran alivio.

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