20090911

-Se los previne, ni vengan porque aquí hay-


Como yo quiero platicarlo, pues me vale madres lo que haiga sido. Para mí esto pasó y es verdad, yo ya no estaba contento cuidando las vacas con los patrones y ¡de que Dios dice a llover, del cielo caen escobetas! me lo troné completito y nomas porque se me puso enfrente y me cantó la bronca, ni supo como perdió. Que me descuelgo del rancho justo antes del amanecer pa que no se me hiciera largo el camino, pero te juro que yo no le di motivos y no tuve nada que ver con cualquier cosa que me achaquen y lo que aiga pasado ¡ni en cuenta! Agora ya ni pelo, pero entes si me calaba que se me quedaran todos viendo cuanto entraba al pueblo y hablaran a mis espaldas.

Procuro de venir que es que al final es todo el cuento y este es más grande que una catedral mientras todos corren a alcanzar su destino o a apagar su fuego cuando no queda de otra y la ven venir cerca o ya les está quemando los cacles. Lo de la Juana fue otra cosa, cuando menos vi, pues ya estaba aquí y para ntonces ya me había calado estar solo y que ahí me planto porque aun ahí anduve yo sembrando y pa cuando ya no quiso solita se fue. Y si anda en las habladas ¡pos a mi qué!

Antes, había conocido lo que hoy se, claro antes no me importaba el tener que ojear el periódico para seguir sabiendo lo que pasaba, aunque puras mentiras fueran y las fotos estuvieran más retocadas que la moza de la cantina y nomas que me voy encontrando ahí entre sus páginas, que me buscaban por no sé qué tantas cosas, puros cuentos. Pero ni modo, bien que pedí emprestado para no tener que volver a verles la cara ¡No había de otra y apenas! Con esa lana me dejé caer en el rancho de mi tata a enderezarlo y asín estoy dándole a levantarlo. Asin naci ultimas y por esto me reconocen guarín, soy bien roncha y adonde quiera me hallo, mi única marca es el lunar en el cuello que parece mariposa y lo chambas que soy. Y que si para enamorarse hay que llegarle al parche, pus aquí estoy y aúpa, aunque la Juana diga otra cosa, que bien se que ya le anda por que la busque.

Y si morirse es como venirse a puros empujones y pos yo ya toy presto. Hora a temblar y menearse en este cuerpo, que es único que tengo, al fin que guardadito en la troje ni me recuerdo y aquí los toy aguardando con la cuata bien parqueada para que al menos un par me acompañen, y si salgo con bien pos agarro pal monte. Si no, aquí me planto a seguirle chambeando. Ya se les dije y ni entienden, -el que las hace no las consiente-.

20090908

Cuando despertó se sintió tan sucia y transpirada, que ensimismada entre el silencio de su cama y las sábanas blancas se empezó a acariciar, mientras, afuera llovía y el ruido de las gotas rebotaba en la ventana empañada. Deslizó su cuerpo con pesadez y se dirigió lentamente al baño, lo inspeccionó cuidadosamente al tiempo que encendió, clic, clic, uno a uno los focos mientras se acostumbran a la luz su vista. Entonces se queda posando para la eternidad frente al espejo tratando de reconocerse, conforme se ilumina su rostro termina de abrir los ojos. Está frente al lavabo con el agua corriendo y se limpia minuciosamente para hacer coincidir sus hábitos con sus principios, regresa a la cama, aún es temprano y después de hacerse de nuevo el amor, se levanta para bañarse completa. Enjabonando y fregando cada una de sus partes en un agua ardiente que suponía la cocinaría para convertir sus errores en entusiasmo, porque bien sabe que no caben todos sus yerros en un lavamanos o por la rejilla de la regadera. Y después, el ritual de la despedida en que después de secarse minuciosamente, una y otra vez, con la toalla blanca, basta y áspera que le termina de quitar la culpa. Se maquilla escrupulosamente para ella misma y se viste minuciosamente de negro absoluto por pura inercia, sabe que los pequeños detalles son los más importantes. Mientras se pone, una a una, las prendas que van dejando cubierto su cuerpo y aventuras ya pasadas, para convertirse en otra persona, tan llena de sosiego y ternura que termina pensando que, ella, tan solo es la ofrenda que ni todos tienen, ni se comparte. Solamente quiere tener recuerdos felices y verse radiante y fresca, porque no se puede guardar imágenes del amor por mucho tiempo, transcurre y se vuelven memoria. Solo el icono de su cara en el espejo y este: es la de un compendio sin dueño, sin nadie que encaje con él o lo ojee en su regazo, no es ella misma y no se conoce. Y el murmullo del agua entre su cuerpo es el sonido de esta historia.

20090905

El tesoro
Antes, se murió el último de mis perros, estaba bien aburrido de perseguir sombras correteando su cola polvorienta mientras nomas andaba por ahí arrastrando el hocico en el suelo del desaguadero. Seco de seis meses en el fondo de la mina buscando ratones. Y yo, mientras, solo veía los trasgos cargando el oro para apagar la compulsión por la compunción y todo por esa frivolidad enfermiza en que quisiera decir algo para hacer sentir bien y no lo hago. Era solo un duende el que me mostro el lugar que buscaba.Después, ese silencio que se queda en el fondo de la poza, seca y agranda mi goce, pulido y encerado, con las manos dentro de las bolsas del gabán a base de soba y soba, hasta acabarse el forro mientras me obliga a cargar conmigo mismo. Reprochándome yo el que me haga sentir fuera.Mientras, maldiciendo actos oblicuos que propició el codiciarlo y sentir que solo que estaba amortajando mis deseos mientras, yerto, dejo atrás mis dedos entre su brillo y le cuento las cosas que ya sabe, pero, le gusta escuchar como la pirita que brilla y no vale, puros destellos.Ahora estoy en una danza que no está preparada, dando vuelta a la noria. Me quedo viendo los rostros y adivino que piensan para actuar en consecuencia y solo convulsiono dejándome llevar para ver todo un día después, que fue, ayer mismo. La entrada de la cueva estaba cercada por un matorral que la escondía para quien no supiera de su existencia, cerca, el aguadero que ahora ya está seco, toda la lluvia está arriba, en las nubes que esconden la entrada de la gruta, y esa agua mata cuando cae, gota a gota y cada vez más fría sobre mi espalda sudada de escarbar. Muchos pensaran que los tesoros no existen, pero de que ahí están, ahí están.Al tiempo, escarbo, para buscar las pepitas, y ahí las encuentro cuando se dejan caer, más pesadas en el tiempo. Cada vez más y más, brillan en el fondo de la cueva junto a lo ahondado que cada día oculto y espero que se llene el bulto para salir, porque la gente ya se está extrañando y no tardan en venir a tantear. Me apuro a hurgar en lo que queda y cada vez encuentro más placer en llenar mi vida de historias fingidas como saber que te cruzaste con la oportunidad y se fue entre los murciélagos enormes que chillan como niños en la obscuridad del fondo de la cueva, donde ni yo me atrevo porque pierdo con esa sensación de abandono y control que cuesta llevar. Yo, ya cerré cuentas con los hoyos que dejé en la cueva, pero esos agujeros me siguen persiguiendo mientras vivo una vida ajena y lejos.

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