Si las cosas que pasan no son emocionantes, solo son
"cosas que pasan" y si te inquietan… ¡son felicidad!
Del olvido al no me acuerdo se encuentra el… si no
tratas, ¡nunca sabrás! A menos y tal vez, que sin caso me descubra perdido en
medio del infierno pegajoso de sus piernas achicaladas, recordando cómo me
perpetué tarareando en atardeceres de soles melosos, que se derraman tal cuando
caminábamos rumbo al jardín y nos perdíamos veinte veces mientras no
llegábamos. Disipados entre los quicios de las puertas y con la misma canción
entre los labios desocupados, mientras ni nos besábamos ni hablábamos, aduana
que mansa nos soportaba en la ligereza de nuestro ardor, muerto en risas
garapiñadas.
Del piso de lajas, hurté un guijarro y lo coloqué debajo
de nuestro rincón, junto al nido que ahora ya sin miedos, vacante y seco de
nuestra morada se oculta del viento. Entre las brisas de verano que estorban
las tardes, pervirtiendose en noches para recordar que se quedan limpias,
bañadas con ojos de entonces y miradas de ayer. Se hace tarde, y viene el
crepúsculo, la hora del lobo. El sueño me lleva al último peldaño, ese escalón
que siempre recuerdas como en caída libre cuando despiertas, para después
desvanecerse y quedar solo como sensación, ese sentimiento de evaporar que te
llena los pulmones cuando inspiras y llenas los pulmones para despertar, hoy
más que nunca.
Ahí le doy nombre y le pongo personajes al sueño.
Adquiere formas reales mientras lo trato de fijar en mi mente… pero es inútil,
ahora ya solo es un estado de ánimo que se desvanece cuando me levanto. Y queda
como polvo que se adhiere a mi mente inserta a las efímeras aventuras que ya no
sé si fueron o serán, si son y existen o se va en nubes que pasan.
3 comentarios:
Si lo soñaste, la marca del recuerdo queda casi idéntica a un recuerdo "real". Para lo inconsciente no hay "menos real o más real", lo que se piensa, desea, lo que fue, lo que no fue, lo ambiguo, se equiparan en fuerza y significado.
En otras palabras ¡Podemos vivir de sueños!
Gracias Noemí, por ratos, ni yo me entiendo
Publicar un comentario