La puerta de Míctlan
Ahora lo sé, ¡Está aquí de nuevo! Esa tarde cuando empezó a llover, el agua terminó por rasgar la zanja que empecé a excavar y lo descubrió. Ahí estaba entre la tierra húmeda, el tenaz guerrero se incorporó a duras penas entre el fango buscando sus armas. Mientras trataba de afirmarse, metió los pies entre el lodo y sintió como la humedad se apoderaba de su cuerpo y lo revivía. Cuando vio que su túnica se atoraba entre su maza y el escudo, se encontró con el lodo entre sus dedos mojados por la lluvia, pero se dejó llevar por los demás sentidos que despertaban. El tacto no era su fuerte, pero ahora sentía como otras sensaciones se acrecentaban. Buscó su espada y sus flechas, más no las encontró donde las recordaba. Caminó un rato hasta que se sintió solo y mientras se dedicó a atizar sus recuerdos para buscar su propósito haciendo memoria, lo último que tenía ahí era el ruido de los tambores de guerra retumbándole dentro y se recordaba deslizándose entre los árboles, esperando presas.
-¡A caminar, a caminar!- sus
extremidades se dejaban llevar impalpables mientras el enterrador se había ido
a algún lado, que ahora no hallaba. Pero ya tenía marcado en su mente donde
encontrarlo.
-Soy lo que decido- el fantasma
pidió la palabra gravitando entre el recuerdo del compañero corpóreo que ahora
lo llevaba en el instinto cuando lo halló entre esos muros eternos
-Ahora tengo obligación de
hacerme escuchar- y se dedicó a percibir algo que le recordaba a su conciencia
y a ver que la realidad ahora es más pobre que lo que ahora trataba de
perpetuar y esperaba, pero la estética de su reaparición estaba hambrienta del
último recuerdo de él mismo. Fue demasiado excesiva la apuesta de volver pero
lo había convenido y lo cumpliría, era como parte de su destino, regresar a
darme las gracias por desenterrarlo del último escondite que escogió en vida
para escapar de ser sacrificado a Huitzilopochtli en la fiesta del Tóxcatl de
ese año para contarme los cuentos de lo que es su memoria. ¡Por fin! tengo
alguien que me platique de lo que soy.
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