Por el amor de Dios, ¡si todo olvido es un rechazo!
Qué difícil es habitar en otro yo, estar dentro de él y dejarse caer con pertinaz pertinencia dentro de ti como si fuera otro, es como una reflexión sobre el silencio, es como cocinar para que te quieran y escribir para que te envidien sin remedio. Porque lo que garrapateas se grava en la memoria y solo se olvida en el discreto encanto de ser para perderse en los resquicios diminutos del consiente para solo abrirse de noche y con miedo agravando el insomnio. Sientes que te enamoras y dejas caer la tarde y lo que le sigue en inmensas horas que no dicen nada nuevo, solo reafirman lo que imaginas que hiciste con la vida y te devuelve historias completas y con un final en que pasan cosas… simplemente transcurren. Cosas como enamorarse y morir, o quizás olvidar y nacer de nuevo demuestran que ser listo es muy diferente a ser inteligente porque siempre en el fondo esta un fracaso y el miedo que persiste mientras se deja caer desparramado en la memoria para intentar borrarla. ¿Qué trato de olvidar? En fin… ya no me acuerdo, se me desgastó la conciencia.
4 comentarios:
Qué difícil es habitar en otro
a ver ¿qué onda? ¿estás hablando de transexualismo? ¿eso de una mujer atrapada en un cuerpo de hombre o qué?
Hasta el olvido puede olvidarse. ¿En qué consiste el ejercicio lúdico de recordar? Quizás para que ese "transcurrir" se transforme en metáfora.
Es duro no reconocerse a uno mismo, habitar en un extraño, como sugieres. Y también es duro que las cosas únicamente transcurran, como ajenas y sin valor. Una reflexión muy seria. Besos, querido amigo.
Creo que ningna historia es completa; al menos las mías no lo son. Siempre quedan puntos suspensivos...
No estoy familiarizada con el lunfardo mexicano; como diría George W. : "No hablo mexicano", -¿chingón?-
Publicar un comentario