20070320

Los Sapos


Pues ni sí ni no, quien sabe o a lo mejor, pero la mejor receta para un domingo en la mañana es chacharear y salir a buscar con ganas de no encontrar nada útil en los mercadillos. Hallarme en la sensación de poseer, de acumular chunches y experiencias que se continúan en una aglomeración de cosas que están ahí para ser mías, para acompañarme. Cosas que significan algo, que me seducen cuando las veo agolpadas en los estantes y cajones sin ningún orden mientras, se transforman en recuerdos que dicen algo del mal gusto que tengo por atesorar, en placebos para lo que no hay cura.

Y todo hace ausencias que extraño, olvidos que se recrean de vez en vez mientras veo tantos objetos sin sentido que murmuran entre sus territorios, platicándose entre ellos su pasado y que ciertamente, no sirven para nada. ¡Pero ahí están!

5 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

Claro que sirven para algo esos objetos inútiles. Te obligan a mirarlos, por ejemplo. Ocupan sitio y no dejan espacio para otros horrores. Te han dado hoy tema para un post... Las cosas, de un modo bastante misterioso, nos poseen también. Besos, querido amigo.

The_Saint_Mty dijo...

De las historias, que tienen los mercados de Pulgas...es divertido pasearse en ellos...Saludos Manuel!

Indio Cacama dijo...

Mira cuantas cosas hay que no necesito.

Viv. dijo...

Quizás, probablemente, -los términos más frecuentes en mi vocabulario-, esos objetos en complicidad con el recuerdo logran atesorar algo más bonito que nos alcanza el corazón.
(¿Prestás tiempo o lo alquilás?). Saludos.

Anónimo dijo...

pues claro que sirven! cómo no? ni imaginarte puedes la utilidad que tienen (es una forma de hablar). y luego... no preguntabas si alguien vendía recuerdos? Pues ahí los tienes :)

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