20150214

Dilema Existencial expuesto

Dilema Existencial  expuesto

Por ratos deseo ser pasado, quiero ser viento y lluvia, arena y playa. Estar ahí y no pensar en nada, pero ahora, de lo único que me acuerdo de esos días es que si no nos estábamos haciendo el amor, ya estábamos en camino. Rompiendo las tardes en noches eternas de cuerpos friolentos, quemando las mañanas en esperas y adioses eternos de espera infinita. Perdiendo el tiempo esperando atardeceres que nos llevaran al paradero de la bahía, casi sin sentir, casi sin desearlo. Habitación de tiempo completo y campanas, llamadas a misa los domingos en cama de sabanas sudadas y almohadas al piso.
Abajo tengo un mar simplemente bravo, salgo a caminar y veo como se abalanza sobre el malecón y yo me acerco para ser el primero en decir que ya llegó la tormenta, y eso deseo, que la tempestad llegue y ver cómo pasa casi olvidada, poco a poco, casi sin fuerza. Azar de enojo en que la prudencia acabe encuentros y desencuentros.
Y es que, ya no sé qué pensar, le cuestioné al horizonte el por qué no me ha buscado y ni siquiera me respondió, me miró como a un objeto y se fue la tormenta. Al alejarse vi como evitaba pisar su sombra y esquivaba las rayas del horizonte y desbarraba entre las nubes. La seguí por un rato viendo como sus fantasías se acentuaban mientras se acercaba al crepúsculo. ¡Y lo di por bueno!

Tantas veces vi crecer su amor que ya no sabía quién era ella. Lloré, su nombre antes de olvidarlo,  Lunes. Ansia de carne bronceada y lluvia de besos ardientes que se dispersa en el ser escabroso que alegra los refuerzos para demostrar lo que es un hecho, aún te quiero. Aunque prefiera tener razón que compañía.

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