20081231

Feliz año nuevo

20081226

Lo único que me pertenecía, que era mío en verdad ya se fue –mis dudas y sueños-. Mis sueños nocturnos ahora son desazones diurnas en las que no vale lo que experimente sino de lo que me acuerdo, mis dudas peor aun ¿Qué hay más triste que un panteón abandonado? Sólo me dicen que yo lo veo todo en blanco y negro, aunque crea que no, todo son matices de grises cuando duermo y colores deslumbrantes e intensos al sol. Yo, ya no tengo dudas, pero mis incertidumbres aun no saben que no existen. Porque, claro, fue mucho; demasiado. Y muy vertiginoso.  Su aspecto estudiado para ser deliberadamente descuidado mientras se sentaba sobre la tumba recién cerrada, eso sí, con cada flor es su lugar, olorosas y aun frescas de la mañana, muertas y secas de tres días. Cada detalle en el sitio en el que al final se diluye, pudorosa, la moral.

20081215

Feliz Navidad




20081211

La escalera

 

 

Como ordenarlas… claro que las pelirrojas primero, para aprovechar la mecha. Y como prometer algo si no hay nada que dar, lo bueno es que solo fue un pequeño rasguño, una leve herida que de no ser por el  lugar en que estaba no pasaría a mayores ni se despeñaría a abrir mis ojos; era en el orgullo. Sabía que era riesgoso pero no le importó el peligro, era joven, llena de obsesiones y atrabancada.

 

La mañana estaba especialmente fría, el viento pasaba como desnudando el beso apresurado después de esperar a que apareciera, quiero imaginar las circunstancias en que el frío quedo substancialmente unido a ella, regresar a cuando faltaba empezar y todo era comienzo, era como ese sol de invierno que quema sin calentarte. Se había levantado a las seis de la mañana, había desayunado algo ligero, un pan y café negro. Había caminado sin sentido, al final un ligero trote. Se había quedado viendo aparadores las tiendas enfrente del parque ecológico, que de natural solo tenía las intenciones de los administradores. Se había dejado caer en una banca del parque para ver pasar, simplemente para ver pasar.

 

El tiempo perdió significado, pero sentía como consultaba el reloj cada vez más a menudo. Así hasta que el sol de frente la obligó a moverse. Entender, entender cavilar, pensar. Transcurrió la mañana y no había pasado nada, de nuevo tenía hambre. Compró una revista y descubrió que no decía nada.

 

No hay manera de quedarse con los brazos cruzados... abrió la puerta y poco a poco se animó a cruzar el umbral, -¿debí haber llegado antes?- Se preguntó a sí misma, -venir me produce felicidad, y para mi, ser feliz es muy importante- se contestó sola.

Me toma del brazo cual si cualquier cosa y subimos la escalera corriendo para tener pretexto para llegar jadeantes al tercer piso, me abraza mientras entramos al departamento tan cuidadosamente descuidado, se quita el traje de correr, besos caricias manoseo y siento como estoy prematuramente extenuado y corroído por los celos a su intimidad. Se quedó ahí observándome un rato, haciéndole el amor, segundos minutos que parecían horas, hasta que digo algo, caigo al vacío y para ser sincero… no es tan grave, es como empezar de nuevo. Se levanta, deja una impronta en la cama con su forma insurrecta, entra a la regadera y solo se enjuaga, sale rápidamente con el pelo escurriendo. Era un fin no un camino y amputarla una solución, no un dolor para descansar de esta segunda vida que se acaba en una escalera diciendo -hoy no salgo-, y ahí me quedé nostálgico sin tener claro que voy a hacer con o sin ella. Si, piensa que vive y transcurre en el borde de los lamentos diarios que apocan el mañana en un túnel que cada vez es más estrecho.  En fin, doy media vuelta y no logro descansar, me visto y bajo la escalera, ahora peldaño por peldaño, contando los escalones.

20081206

La intimidad permisiva, como afán y descubrimiento

 

Ese mismo día había decidido tener algún cambio, algo nuevo, miraba al pasado y lo veía lleno de momentos felices pero no recordaba ninguno en especifico. E irónicamente se fue a esculcar sus pertenencias, a tratar de encontrar algo de orden en su pasado. Juana toma el libro que apareció oculto entre las cosas que nunca usa, lo ojea y siente que se transporta, dentro, a manera de marcador está ella misma. La fotografía está dedicada al frente con algo casi ininteligible, tiene una fecha y una frase que no se entiende pero se quiere adivinar una especie de -te extraño y no sé qué mas decir- en este espacio. Parecía que hasta ese día solamente se atrevía a pensar lo que deseaba, pero se atrevió a escribirlo imitando los rasgos del retrato, tomo una pluma y trato de igualar su estilo de hace años. Sentía como la imagen crecía dentro de ella hasta hacerse una misma, tomaba tres dimensiones para empezar a apabullarla.

 

Tener un novio escondido entre la falda a sus quince años,sin saber qué hacer con su vida, como que apenas era razón para sobresaltarse. Pero con el tiempo fue obsesión y razón de vida, una historia que había que mantener secreta acorto y mediano plazo entre escapadas al parque y helados en la esquina. A largo plazo, ya estaremos muertos pensaba hace mucho y es lo más profundo que tiene en su piel para buscar razones. -Que más que descubrirnos nosotros mismos y ser indulgentes, hasta excesivamente tolerantes con lo que vemos, darnos el lujo de conocernos y saber cuánto es lo que queremos compartir con los demás- Porque al final la intimidad es personal y es algo mas absorbente que el cuerpo donde se cruzan la eternidad y lo que no pasó, se dejan caer las horas y el polvo se amontona sobre lo que nadie exige, pero eso no importa, lo que vale es la forma irrespetuosa en que los años no significan nada, solo queda una vieja fotografía en la que se ve retratada en cuerpo y alma en la servidumbre a esos ojos que se adivinan en lo profundo de la habitación, allá donde se apagan las luces y el fuego nunca estuvo. Su más grande miedo ha sido morir para volver a despertar, se acaba el tiempo y continúa caminando a ningún lado preguntándose a sí misma por el perdón a no haber escrito más claramente. Ya no sabe que quiso poner en esa fotografía y no recuerda a quien se la dedicó, ni quiere especular el porqué no la entregó. Sale de su casa y en la calle se encuentra una vendedora de flores frescas, escoge un ramo de nomeolvides, blancas y olorosas

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