20060625

Ella misma se tenía en muy buen concepto mientras aceptaba que se conocía muy bien como para dejarse impresionar por un apendejado en moto
-Yo aquí me bajo
Como si fuera tan fácil acaparar las viejas nostalgias que se entreveran con lo que paso apenas ayer, Dios y el diablo se ponen de acuerdo para hacerme dudar de cómo hace unos días todo era paz y tranquilidad, y era el dueño de mis censuras, mis pecados y todas mis alegrías, cuando ahora todo son olvidos y deferencias
¿Que le puedo pedir a la vida sino ser razonablemente dichoso? Si ya son dos tratando de hacerse la vida de cuadritos, ¿Por qué no tres? Si fue un triangulo convivencial que me gustó, algo directo y sin tapujos que no dejara duda: Te quiero demasiado para perderte, pero acaso… ¿Soy tan imprescindible? ó solo soy quien procesa la basura del traspatio.
La última vez que la vi era un abril y tenía los labios bruñidos con besos nocturnos, que ahora no recuerdo que fuera fácil para mi olvidarlos, después, en esto me convertí: Un despojo viviendo entre recuerdos de besos fugaces y hasta inexistentes

20060620

De alguna manera así era ella, era ella, cuando la conocí, turbadora y encantadora me conmovió ver que era conmovedoramente asertiva para convencerme, dulce y complaciente:
-Mira, los dos relojes marcan la misma hora
Y no supe interpretarlo cuando ahora la lujuria deja de obsesionarme, mientras busco rastros tuyos en la almohada, en el lluvia que cae en la ducha y me impregno de tu jabón olvidado al tiempo y que uso solo ocasionalmente cuando más te extraño. Ahora me compré una lápida y hasta escogí un bonito epitafio para ponerlo muy a la vista, mucho muy a la vista, para cuando lo vea desde fuera de mi cuerpo. Ya no puedo esperar a que te duermas para observarte.-¿Debo fingir que duermo?- se leía sobre la lápida, y salí a caminar para fingir que olvidaba mientras vomitaba en la acera mis recuerdos, destrozándolos con la mirada para despedirme, siempre el mismo andar a ningún lado.

Emasculabas mis placeres sin dejarme sentir siquiera tu presencia en la media sonrisa que me dedicabas para solucionar mis problemas y esa noche bien valía un bis, pero no, mi clinomania no ganó¿Quién soy yo?, el que está sentado escribiendo o la mente abstracta que sueña y desea escapar de su cuerpo para ser etérea, ¡Que difícil ubicarme en las limitaciones de un cuerpo material y que fácil disgregarse para decir que no soy responsable de mis actos!

¿Hay un punto en el que me vea como un alma, y esta existiría etérea y eterna? No es fácil, no es nada fácil. En fin, mejor sigo viviendo mientras lo averiguo.


¿Debo fingir que duermo?
-Déjame recado, siempre me los dan en casa
-Si claro, me pongo en contacto contigo…
Ya sabrás como me interesa hablar contigo, ya ni le pongas ganas a buscarme, y eso me lo dices a mi, que me gusta ser practico y tu que requieres regalos inútiles, eso si de buen gusto y de preferencia en una caja mas cara que lo que contenga, para que con suerte te emocione más abrirlo que usarlo, por eso soy entre sincero y misterioso. Llovía y las gotas escurrían como lagrimas en su cara
-¡Sandra!
Y mientras me saludaba, temblaba, yo pensé que por el frío.
¿Estas describiendo mi vida? O solo quieres pagar alguna cuenta pendiente que cargas en la conciencia para disuadirme de salir, a final de cuentas reza por no convertirte en tu peor enemigo, ya no entiendes y yo no hablo lo suficientemente claro como para contarte una historia que no quieres escuchar.

Ya se que tu problema es que te tomas demasiado en serio a ti misma y esperas que yo haga lo mismo (¿Con mi mismo o con tu mismo?), y no, no me puedo tomar en firme lo que soy y menos lo que me consideras. Cuando me pides un reto yo te sugiero correr un kilómetro leyendo un libro y tú prefieres sexo un par de horas.

No puedo decir que haya sido como la noche llena de sombras y estrellas, quizás solo un lucero fugaz que no alcance a ver completa, esto es algo que ya nadie ve, pero yo si las he visto alguna ves, efímeras en el horizonte, mientras manejaba mi motocicleta sin casco para ver el cielo. Pasó frente a mí, me quedé sorprendido, ¡Ahí y a esas horas! y para cuando la quise saborear… ya no estaba. Cambie las sabanas y me preparé a dormir
¡La muy cabrona se quedo con todo lo bueno de nuestra relación!

20060616

Abrí la puerta ahí estaba, toda la noche le llovió, solitario al centro del patio, las gotas sobre el cofre lo hacían ver como si transpirara, parecía nervioso mientras me acercaba a limpiar la humedad que tenía encima, pero si, estaba solo ¿De donde venía esa música? Empecé a hablar solo, para acompañarme mientras penetraba en sus intimidades y dejar de sentir miedo. El cuero del asiento estaba más frío que de costumbre Giré el encendido y nada, ni siquiera un lejano clic que indicara vida en el motor o una pequeña luz en el tablero que iluminara la noche, toqué el claxon y esperé alguna respuesta… nada.

Permanezco sentado unos momentos, casi en el paroxismo de la histeria, que extraña sensación en el fresco del amanecer, sentado esperando que algo sucediera y siento como la música a muy bajo volumen se desprende de los altoparlantes del radio que se quedó prendido toda la noche… ni que hacer, -batería baja-

En el otro extremo del patio, cubierta con su lona, la motocicleta está esperando como caballo pura sangre nervioso. Volteo y la miro de refilón, un reflejo del cromo me ciega, la temporada de lluvias la ha tenido relegada a una esquina pero hoy, si hoy, es nuestro día. La destapo y está gloriosa esperando el toque para arrancar al primer intento y llevarme a disfrutar del asfalto.

20060613

Yacías enfrente de mí, abierta como un camino. Yo siguiendo las luces melancólicas del alba a los costados, no se si huyo o me acerco, no entiendo que al final soy yo mismo el destino y la nostalgia, el viento me trae tu olor, dulce y complaciente, mientras me deslizo dentro de ti, resbalando por tus cabellos.

"Vanidad de vanidades, todo es vanidad y atrapar vientos", ec 1,2

20060611

Mercedes


Mercedes, con la vista fija en mí pero cuidando que nadie nos viera en la escalera, se había adelantado un escalón cuando me detuvo, y así, con ese peldaño de diferencia a su favor, con solo la mirada me llevo a conocer sus labios, el interior de su ser y los secretos debajo de su ropa. Después, mucho después, aunque solo hayan sido cinco minutos, se separó lentamente, puso su cándida mano sobre mi frente y la deslizo hasta mis labios y dejó de hacer cualquier ruido por mucho tiempo mientras me miraba pidiendo silencio.

Alguien pasó junto y solo simulamos ser dos amigos platicando algo intrascendente. Pero alcanzamos a escuchar
-No creo que duren-
Y creo que esa fue la razón de su permanencia
Ella era una gozadora, un templo viviente del placer que se traducía en pequeñas convulsiones mientras la tocaba y sentía como se desvanecía su desasosiego en oleadas de ansia satisfecha. Mínima y hinchada se dejaba caer en mí para perderse a los abrazos destinada a abandonarse entre mis labios. Estáticas caricias interiores se abandonaban en sublimes delicias dejadas al tiempo. No me lo dijo inmediatamente, se dio su tiempo para pensarlo, pero al final… me lo pidió

20060608

A escondidas y en silencio


Ahora creo en el paraíso y los campos floridos, antes… en las ventanas
-¿Y a poco eso es posible?
-Si tu no lo sabes, yo menos
-Mira, está en la cama… estoy como mantequilla
-Es algo rara ¿Sabrá que la espiamos?
Claro que sabía que la observábamos desde la ventana del departamento vació de enfrente, claro que sabía que apenas veíamos que se metía a su casa, Beto y yo nos metíamos a la casa vacía de enfrente para fumar y espiarla como buenos chamacos de secundaria, y Gina, además de bonita era metódica, las primeras veces solo se sentaba en su escritorio y fingía estudiar, hasta que se levantaba, alzaba los brazos como para estirarse, se quedaba viendo la ventana, cerraba la cortina y apagaba la luz.

La semana siguiente nos regalo con ver como se quitaba el suéter para nuestro deleite, una después casi se animó a ponerse la pijama enfrente de nosotros, casi, casi porque apago la luz y no vimos nada ¡Pero, como lo imaginamos y disfrutamos a obscuras! Y nosotros, por poco nos volvemos locos mientras ella nos triangulaba en el espejo de su tocador y disimuladamente nos observaba, riendo de nosotros.

Tenía bonito cuerpo, había crecido antes que nosotros, ya no era la niña que compartía la bicicleta y las canicas con nosotros, empezó por enseñarnos que tenía faldas, no las de la escuela, de esas que se usaban en los setentas y eran como para ponerle un monumento al güerito ingles que inventó la mini, hasta una vez se subió a la bici con la roja tableada, mmmm, era una cabrona con sonrisa mustia y piernas largas, ahora lo sé y lo disfruto.

Cuando esa tarde no salió a jugar Beto, me metí solito a fumar al departamento vacío, Gina, lo sabía, y ahí fue cuando aprovecho para mostrarme sus pechos redondos y pequeños por única ocasión, se paró de su escritorio como si cualquier cosa, puso en el tocadiscos a Barry White y se situó a bailar sensualmente enfrente de la ventana para buscarse en el reflejo y empezar a tocarse como yo no sabía que fuera posible, para cuando cayó el corpiño y terminó de desnudarse, yo ya sabía que venía después de las erecciones, ¡No me dio tiempo ni de tocarme! tenía algo que enseñarme y me lo mostró perfectamente. Esa noche ella durmió desnuda y con las cortinas abiertas para deleite mío y yo… no dormí, era una noche calurosa y yo esperé muchas horas hasta que el calor venció la sábana .

-Hay, ¡No mames! Apoco me lo perdí
-¡Que te digo que si!
Nunca me lo creyó el buen Beto, pero ni modo, fue la última vez que las cortinas se abrieron en la noche, yo era el efectivo pero ni maiz paloma, se hizo novia del cuate de prepa que era como tres años mayor que nosotros y… ni pedo ¿Tanto trabajo para verse reconocida? Y al final solo se quedaba en una sonrisa velada cuando pasábamos uno enfrente del otro, en una vecindad que tiene… historia, en una ocasión hasta empezamos a platicar, puso su mano sobre mi hombro y me quede mudo viéndole sus torneadas piernas, bien calladito el cobarde de Manuel.

Algo quedó claro, estaba guapísima para mí, solo para mí. Bueno al final… las patologías se atraen.

20060603

-¿La dosis?
-Cuarenta gotas en un vaso con agua, depositadas, una a una, con añoranza
-¿Estas segura?
-Como que estoy viva aún, es muy amargo, esta endulzado con jazmín
-¿Cuánto tiempo durará?
-Unas doce horas, será tiempo suficiente, creo que lo voy a probar
Yazmín era siempre era lo que tú querías ser, un pulso lastimado de lo que deseas para ti mientras no se dejaba llegar por la sugestión, por esa fiebre que la apasiona de sus sueños, pero siempre en paz
-No te lo puedo decir, puedo tratar de expresarte que siento, pero las palabras no describen ese sentimiento, es magia, es algo distinto a las palabras o la escritura. No soy yo misma, soy algo que pasa, un soplo en esta existencia efímera, como la punta de una flama que sondea la madera buscando el carbón con un sentimiento sublime de serenidad

-Y entonces ¿Qué hago yo?
-Duérmete conmigo y tómame de la mano al final del sueño, cuando me veas intranquila. Quiero que sientas como se coagulan las historias en la noche sin dejar que yo te las platique, ¡Quiero que las vivas!
-Sigues convencida que así te libraras de eso
-No, no me quiero librar, quiero compartirlo contigo, quiero que veas como deambulan alrededor y me ayudes a entenderlas, que veas como se solidifica el tiempo y se vuelve gelatina de colores tu existencia
Fue un viaje al fondo de la noche, la preparación valió la pena, por buen rato nos concentramos en dejar la mente en blanco, me tomó la mano y me sacó a bailar en silencio, casi una hora de tenerla cerca y sentir como poco a poco se bajaba de nivel hasta que se dejó querer, muy de a poquitos, muy en silencio. No quiso comer nada, me llamó a la cama de nuevo y preparó su vaso de agua, me miró a los ojos
-No me dejes sola, te lo pido por favor, pase lo que pase quédate conmigo, cuídame mucho
-No te preocupes, pero dímelo de nuevo ¿Estas bien segura?
-Si

Fue la última vez que la vi atenta y cuerda esa noche, se dejó caer completita en un trance, su cara se volvió un caramelo de tranquilidad y, poco a poco se fue alejando de la realidad, su cara empezó a pasar por todos los tonos del amanecer hasta que no aguanté mas, me quedé dormido a su lado mientras ella permanecía sentada sobre su almohada en un estado de semi-inconciencia que me inspiró confianza.

Desperté cuando sentí que me apretaba la mano, era el amanecer, Yazmín no había dormido nada aun, estaba como llamándome en una extraña mezcolanza de ruidos guturales que me llevaron a tratar de obligarla a tomar algo de agua y despertarla, pero era inútil, rehuyó el agua y no despertó, estaba perfectamente adormilada y desguanzada, totalmente inabarcable y solo la volví a tomar de la mano para seguir soñando con ella, alrededor de ella, a través de ella en un sueño en que solo adiviné colores y formas que efectivamente, nunca pude describir, pero me bastaba ver la placidez de sus ojos y la tensión de su cuerpo para adivinarlo. Al día siguiente nos dio el mediodía en la cama cuando despertó sudorosa y muerta de sed y hambre

-¿Lo viste? ¡Entró la luz en mí!, valió la pena, que maravilla
-Si, si lo presentí, porque no puedo decir que lo vi, solo vi tus ojos maravillados llenos de luz
-Es increíble la naturaleza ¡Y todo con cuarenta gotas del jugo del cactus de la entrada de casa de la abuela!
Se levantó, vi como se le revolvía el estomago y me pidió algo para desayunar. Nunca fuimos los mismos.

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